Esta mañana al
salir de casa, estaba distante, frío y hasta podría decir que esquivo. Es
cierto que desde que nació la niña, tal vez nuestra relación se haya
distanciado. Algo me dice, que le está rondando por la cabeza la idea de serme
infiel; pero lo que no te puedes ni imaginar es con quien lo vas a ser.
Ayer, aunque sea
un tanto estudiado por mi parte, te hice llegar por un mensajero un sobre, con
el siguiente mensaje:
Te espero en el
local que hay al lado de tu despacho, no tardes, tengo ganas de ti.
Firmado
Tu gatita en celo
Sé que nunca te
habrías imaginado que esa gatita, sería la que hace unos meses se desgarró para
dar la vida a tu hija, y que esta noche, va a desgarrar tu ropa, como tiempo
atrás lo solía hacer.
Te pregunté si
volverías a casa a cenar, me dijiste, que estabas muy liado y que seguramente
regresarías tarde. No voy a negar, que esa respuesta me hizo pensar y es por
eso, que lo de esta noche, no lo podrás olvidar...
Se acercaba la
hora, me arreglé como sabía que te gustaba, lencería negra, medias con ligero,
falda de tubo, blusa blanca, collar de perlas, zapatos de tacón y un toque de
ese perfume que me regalaste para el día de la madre.
Cuando abriste la
puerta del local, y al verme, te quedaste pálido, confundido, extrañado por
creer que sería otra mujer, y es que lo soy, amor; soy esa mujer que aun con el
paso de los años, nunca jamás, te dejará de querer.
Así que por
favor, sígueme el juego, déjame que una vez más te demuestre, porque hace
tiempo nos convertimos, en lo que hoy somos, marido y mujer...
Escrito por:
Rubizul