¡Pero, no! Tuvo que hacer su presencia, cuanto más lejos
sentía su ausencia, apareció sin pedir permiso, se adentró en mi interior e
hizo que sacara de nuevo, a esa mujer que necesita pasión, como quien necesita
respirar.
El miedo, de no saber si era una enfermedad,
incontrolable, las ganas de sentir una piel nueva, un aliento nuevo, unos
labios nuevos y unos besos diferentes, me estaban haciendo pensar, que
realmente, en la consulta de los Psiquiatras, había pacientes por menos motivos.
¿Y si realmente fuese Ninfómana?, aunque este término,
quizás esté usado frívolamente por los hombres; cuando una "mujer",
les hace la competencia, en estos lares, que solo consideran propios de ellos.
Pero... ¿Cuándo aprenderás, caballero?, que he jugado,
juego y jugaré a ser inofensiva, para cuando estés confiado, sacar las garras, rasgarte
la ropa, desposarte de tu careta de lobo, que ante la sociedad tienes que
llevar para aparentar...
Si, te ha tocado a ti. ¡No!, no mires para otro lado, no
gires la cabeza, es absurdo, hagas lo que hagas, por más que luches, no tendrás
escapatoria, serás mío.
Así que déjame que te seduzca, déjame entrar en tus
sueños, en tus fantasías y anhelos, para conseguir noche tras noche, día tras día,
que esos anhelos, sean a partir de esta noche, verdaderos recuerdos.
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¡Schhhh,
calla!, valió la pena, leer este texto. Te hice olvidar por un instante, todos
tus miedos, para transformarlos, en bellos y gratos recuerdos...
-
¿Cuándo
aprenderás, Caballero?, que soy la dueña y señora de tus sueños...
Escrito por
Eva Mª Maisanava Trobo