domingo, 27 de enero de 2013

No me leas, siénteme



Mary vivía en una casa de campo en un pueblecito de Asturias llamado Sebreño, ya habían pasado 5 años desde que perdió la sonrisa y su vida se había convertido en un vacío inmenso, lleno de amargura y soledad.

A causa de un tormenta, el pueblo se había quedado sin electricidad y Mary cogió una vela para iluminar la habitación, se quedó absorta mirandola  y escuchando el tic tac de un reloj, mientras los recuerdos se agolpaban uno, tras otro...

Ten
ía 31 años cuando llena de felicidad y terminando de hacer el arqueo de la caja, (en una pequeña tienda de libros de su propiedad), apareció Marc su novio; justamente ese día era su aniversario, un año lleno de felicidad, de sensaciones nuevas, su primer beso, su amor, su único amor.

Marc le ayudó a barrer y fregar el suelo de la tienda, mientras que ella reponía el género que a última hora le había llegado.

- ¿Dónde me vas a llevar hoy?
- Es sorpresa amor, si quieres te ayudo a reponer y nos vamos cuanto antes.
- ¡Eres un sol!, sin tu ayuda, en ocasiones me resultaría imposible sacar sola, tanto trabajo adelante.

Parecían dos chiquillos, no se soltaban de las manos (mientras se dirigían al coche) y no perdían la oportunidad de proferirse numerosas muestras de cariño.

Se dirigían a Ribadesella, a Mary le encantaba pasear por la orilla del mar, sintiendo cómo las olas atrevidas golpeaban sus pequeños y delicados pies.

Después de aparcar el coche, se dirigieron rumbo al paseo marítimo, Mary se había puesto una fina chaqueta, que la abrigaba del frío que ya se empezaba a notar.

Estaban seguros de lo que sentían, aunque llevaban poco tiempo juntos, nada les llenaba más de felicidad, que la compañía que ambos se hacían, se complementaban perfectamente, Mary tenía un carácter un tanto levantisco, mientras que él le aportaba esa paz y tranquilidad que tanto ansiaba.

En ese instante, se situó frente a ella y le dijo:

Para que esperar más, tenemos claro lo que sentimos, estamos felices, a mí me acaban de ascender en el trabajo y con un poco de suerte, podremos abrir otra tienda de libros, cómo deseas. -
¡Casémonos Mary!-

Estaba completamente absorta, llevaba tanto tiempo deseando escuchar esa frase, que ahora que la había escuchado; ésa frase que durante tanto tiempo tenía ensayada en su interior, no era capaz de salir por sus labios.

Rompió a llorar y le suplicó que le diera tiempo, quería estar segura (era hija de padres divorciados y no quería para ella, correr con la misma suerte)

Marc la abrazó con ternura, cogió con sus manos su cara angelical y depositó en sus labios un beso, que hizo que Mary temblase, cual niña asustada.

Ya era tarde, la noche se había hecho presente y lo únicos testigos de aquel maravilloso momento, eran las estrellas que cómplices de aquel momento, parecían brillar con más resplandor; la luna estaba oculta detrás de unas nubes que avecinaban tormenta.

Empezó a llover y corriendo se apresuraron camino hacia el coche, cada vez llovía más fuerte.

De camino a casa de Mary, al coche de Marc se le reventó la rueda trasera, por fortuna no pasó nada, pero.. no podían seguir, no tenían rueda de repuesto.

El accidente lo habían tenido en un camino lleno de piedras, que dificultaba el ir y venir de los coches, de hecho Marc, decidió ir por ese camino para atajar y poder llevar a Mary cuanto antes a su casa.

Los padres de Mary, se habían ido de viaje con sus respectivas parejas y no tenían la ayuda de nadie, salvo la de ellos mismos.

- ¿Qué hacemos Marc? (dijo entre lágrimas y temblando) 
 
- Cerca de aquí hay una posada, lo único que se me ocurre es preguntar si hay habitación y mañana a primera hora de la mañana, caminaré a la aldea en busca de algún responsable del taller, que se acerque con un grúa para llevarlo a arreglar. 
- Pero...no está bien, Marc...no estamos casados, ¡que van a pensar de mí, si se enteran que compartimos habitación!; ya sabes de la lengua viperina de las gentes de éstas aldeas. 
- Tranquila cariño, estamos juntos, el accidente podría haber tenido otro final y estamos bien, ¿importa ahora la opinión de las personas qué sin tener vida propia, no hacen más que vilipendiar la de los demás? 
- ¿Sabes por qué te quiero Marc? 
- ¡Sorpréndeme!, (la miró con brillo en los ojos)
- Te quiero, porque siempre en los peores momentos, consigues aportarme esa tranquilidad que tanto necesito. 
- Entonces....¿te casarás conmigo?
- Vamos, vamos... caminemos hacía la posada (refunfuñaba mientras se apresuró a caminar rápidamente, sacando ventaja a Marc) 
La habitación era sencilla, tan solo una cama, una pequeña mesa de escritorio, dos mesitas y un destartalado y viejo sillón. 
Marc se encargó de poner en marcha el radiador de la habitación, hacía frío y se respiraba humedad; en aquella época no había apenas turismo y eso se notaba, las habitaciones estaban realmente frías y hasta olían a húmedo. 
Ella estaba sentada en la orilla de la cama llorando, le daba realmente pánico la opinión que a partir de mañana podría haber de ella en la aldea, (los rumores corrían a la velocidad de la luz).

- Pequeño gorrión, no llores, ni se te ocurra temer del que dirán, no voy a consentir que nadie te levante los pies del suelo, en lo que me quede vida, me desviviré, por defender tu honor. 
Se fundieron en un largo beso y por inercia se tumbaron cómodamente en la cama; Mary no dejaba de temblar, deseaba sentirse amada, pero...sus principios, su miedo podían más que su deseo. 
Se podía notar la excitación de Marc debajo del pantalón, quería manifestar todo el amor que tenía dentro, comenzó a acariciar una de las piernas e iba subiendo cada vez más, hasta que la cordura se hizo presente en la mente de ella y le susurró... 
- Para, para...ardo en deseos por seguir, pero... quiero esperar, quiero que sea en nuestra noche de bodas, ¿lo comprendes? 
- Cariño, ¡por fin oigo ese sí que tan feliz me hace!
 
Es tarde durmamos, estoy agotada, ha sido un duro día de trabajo en la tienda, (le decía, mientras se acurrucaba en su pecho)

A la mañana siguiente, Marc se levantó temprano, se vistió sin apenas hacer ruido, ella dormía plácidamente; se despidió de ella con un beso en la frente, que ni tan siquiera logró sacarla del plácido sueño en el que se encontraba.

La miró con ternura y susurró, te Amo Mary y te amaré el resto de mi vida.

Quería ir lo más rápido posible para recogerla, llevarla a dar un paseo a Covadonga y acompañarla a su casa, ya que por la noche regresaba su madre de viaje (era con quien vivía desde la separación de sus padres).

Mary se había incorporado de la cama, con un sobresalto, el corazón le latía rápidamente, Marc se había marchado y ella sentía que algo malo había sucedido.

Se vistió rápidamente, camino por lo sendos llenos de piedras; estaba lloviendo, la ropa le pesaba, el cansancio iba haciendo mella en ella, pero... su corazón le decía que tenía que seguir camino hacia el pueblo, para encontrarse con él.

Sintió desfallecer cuando vio el coche volcado en la carretera, salió corriendo lo más rápido que podía, y allí estaba Marc tendido en la carretera, (había salido despedido por la luna delantera, no llevaba el cinturón puesto), se agachó para ver si tenía pulso...

La vela ya se consumía y las lágrimas rodaban imparables por las mejillas de Mary, no dejaba de mirar el reloj de Marc, que se había quedado parado a la hora en la que falleció aquel día.

Su vida se estaba consumiendo, cómo aquella vela a la que miraba, se arrepentía de no haberle dicho que Si, que deseaba ser su mujer, hubiera dado su vida, por sentir a su amado en su interior, por olvidarse de esos malditos rumores, y amar, cómo ya nunca podría hacerlo.

Solamente el ruido de las gotas de lluvia golpeando la ventana, la hizo salir del recuerdo amargo en el que se había sumergido, se calentó un café y se quedó mirando por la ventana, cuando instantes después vino el cartero del pueblo a entregarle un paquete.

Lo abrió apresuradamente, era su primera pequeña novela, durante estos 5 años de dolor y vacío, no dejó de escribir intentando encontrar un sentido a su vida y poder de ésta forma mitigar el dolor que anidaba en ella.
Ahora tenía la novela en sus manos, su pequeño gran sueño hecho realidad, tenía en sus manos una historia, qué aunque dolorosa haría concienciar a las personas que la leyesen, para que no dejasen de ponerse el cinturón, pues un gesto tan sencillo cómo ese, habría hecho que Mary y Marc, estuvieran ahora casados, felices, y cómo aquel entonces enamorados.





 Queda prohibido copiar la obra, está registrada


 

jueves, 24 de enero de 2013

¡Ahora, sé cual es mi camino!


 

          Quizás sea tarde ahora, quizás ya nada de lo vivido importe. Pero sé que ahora, es cuando ha llegado la hora definitiva de irme, de no mirar atrás, ya ni el recuerdo merece la pena, ni el tic tac del reloj... ¡Sí!, aquel sonido, que minuto a minuto, que día tras día escuchaba, mientras incrédula, soñadora e impaciente, esperaba tu llamada, como quien espera el trasplante de un corazón. 

          Y es que tú eras mi corazón, el motor de mi vida. Pero ahora, el ahora ya es pasado y solo sé, que soy la única que de verdad te ha amado. 

          Ahora es cuando he de abrirme otro camino, lejos, muy lejos de ti y del que era nuestro destino. A fin de cuentas, "sabia era la persona que dijo", que somos nosotros mismos, quien hacemos de nuestro día a día, nuestro destino. Y aunque me duela, ya no quiero que estés en mi camino, ni que formes parte de mi destino. 

          Ahora abriré mi vida a otro caminante, a otro que tal vez, solo el destino sabrá quien es; porque ahora, ¡ahora, sé cual es mi camino! 

 
Eva María Maisanava Trobo

sábado, 12 de enero de 2013

No sé si superé el reto...




        
         Hace mucho tiempo, tanto que ni recuerdo cuando me lo dijeron. Una persona que estimo sobremanera me dijo, que si realmente me sentía cómoda escribiendo erotismo, ¡por qué no lo hacía! Quizás sea porque me siento en la cuerda floja, mecida por el pasar del tiempo, sin apenas encontrar esas palabras que hagan que tu respiración, tu imaginación y tu deseo vuelen a donde, solamente yo quiero llevarte.

         No quiero que sigas leyendo, sino eres capaz de sentir, que solamente dejándote llevar por mí; podré lograr durante unos segundos o tal vez minutos, hacer que tu pensamiento viva "eso", que ahora estás deseando...

         Quizás estés cuanto menos confundido, quizás no entiendas el por qué de mi relato, pero tan sólo quiero envolverte con una letra, acariciarte con una palabra, y soñar que este conjunto de frases, despierten en ti, eso que llaman "deseo". Y no sé como, pero sólo quiero volver a ser esa gota de placer, que confundiéndose con tu deseo hicieron que durante más de una década, fuera en tu vida algo más que una mujer merecedora de tus caricias.

          Tal vez este texto sea real, o tal vez sólo un fruto más de mi imaginación o  tan sólo me haya metido en tu mente, invadiendo tu espacio más íntimo, devorándote con mis deseos, envueltos en meras palabras, para hacer, que por un momento, real, efímero o surrealista, haya podido conseguir que ese instinto haya empezado a despertar en ti; como antaño lo conseguía cuando mirándote a los ojos mientras temblaba debajo de tu cuerpo y entre suspiros te pedía que entraras en mi...

      Si sólo es una fantasía, si de verdad es así, no sigas leyéndome, no sigas prestándome atención, no vale la pena, ¡no!, sólo hay un momento que si lo vale y es cuando tú y yo esclavizados, terminábamos locamente entregados a la pasión. Y ahora que finaliza el relato no sé si valió la pena intentarlo y si superé el reto de hacerte sentir, aunque sea sólo por un momento eso que llaman pasión...


12/01/2013
Eva María Maisanava Trobo
 

lunes, 7 de enero de 2013

Bajo la tierra y viviendo en tí



Cuando supe que iba a morir
y que mi corazón dejaría de latir.
Me enteré que tú morirías
si un trasplante no recibías.

Por salvar mi vida, ya nada podrían hacer,
y en cambio tú con mi muerte y mi corazón, volverías a nacer.

¡Para qué enterrarme con un corazón!
Si con él, tu vida se llena de nuevo de ilusión.

De nada sirve tener un corazón enterrado,
si es cómo tenerlo enjaulado.

Ahora estoy en el cielo, descansando.
¡Feliz y orgullosa de que tú estés en la tierra caminando!




Eva María Maisanava Trobo (Rubizul)
3 de Mayo del 2012

domingo, 6 de enero de 2013

Sé que soy bonita

          Hace mucho tiempo yo era una niña que vagaba por la vida, sin saber quién era y qué quería.
 
          Sí bien mi belleza pudo ser una maldición, también lo era mi orgullo, mi merecido castigo, por no ver lo que todos a mi alrededor veían.
 
          Mi nombre podría ser el mismo que el de tu hija, tu novia, tu mujer o una amiga, podría ser esa mujer que en algún momento dado de tu vida, acarició tú alma y te hizo sentir eso que llaman amor.
 
          Sin embargo, tiempo atrás solo quise arrebatarme la vida, al no encontrar un sentido a la misma.
 
          No puedo evitar sentir rechazo de mi actitud al recordar una tarde de primavera, cuando al ir al colegio, mis compañeros me comenzaron a escupir, y me arrinconaban, diciéndome que "tenía muchas tetas"; odiaba tener que ir al colegio, comencé a encerrarme en mi mundo y con esta manera protegerme de todos esos insultos, que sentía que atravesaban el corazón de una niña cuya única culpa, era estar atrapada en el cuerpo de una mujer.
 
          Durante días no quería comer, me provocaba el vomito, ¡yo sólo quería ser bonita!
 
          No entendía que me estaba pasando, yo estaba jugando a la goma, a la comba y sentía esas miradas tan inquisidoras y deseosas de mis compañeros, que estaban por finalizar el colegio y pasar al instituto, yo no entendía nada de qué pasaba, yo solo soñaba con ser bailarina y escribir algún día.
 
          Un día estando en el baño llorando a mares, (jamás olvidaré ese día), escuché que alguien golpeaba la puerta; no quise abrir, allí estaba segura, allí nadie me haría daño, allí podía ser yo.
 
          Era mi profesor que alarmado por mi llanto y preocupado me hizo salir del baño en el que me encerré, no me preguntéis por qué, pero...solo recuerdo que me abracé a él, como quien se aferra a una tabla en un mar agitado.
 
          Por unos instantes, no había miedo, el miedo desapareció, me sentía completamente protegida y a salvo de los "monstruos" de mis compañeros que hacían que me sintiera, como un vulgar patito feo.
 
          Siento tan latente y vivo ese recuerdo, que parece que lo estoy reviviendo, recuerdo cada palabra y ese tono de voz, que tanta calma me aportó; se arrodilló, se sacó un pañuelo de su bata y me secó las lágrimas, y me preguntó que me sucedía.
 

  • ¿Por qué lo chicos me dicen que tengo tetas? ¿por qué no soy bonita? (le dije mientras temblaba) Me giró hacia el espejo, se puso detrás de mí y me preguntó:
  • Dime, ¿qué ves en el espejo? 
  • Nada, no veo nada (le dije) 
  • Te equivocas (me contestó) yo veo una chica, con una inmensa sensibilidad y un corazón enorme. Tienes mucho que dar y mucho que ofrecer, nunca olvides estas palabras Eva.
 
          Me dio un beso en la frente y se marchó, tarde años en entender, qué me quiso decir.
 
          Sin duda han pasado muchos años, esa niña que habitó en un cuerpo que no sentía suyo, se ha convertido en una mujer, que ama el cuerpo en el habita y que no quiere matar a la niña que un día fue, pues sin ella, no sería como es hoy.
 
          Ahora quizás no tenga esa belleza insultante, que antaño tenía, quizás no tenga ese cuerpo que antes poseía, pero...tengo algo que antes no tenía, "seguridad", ahora no necesito escuchar esa frase que ansiaba oír, porque ahora "sé que soy bonita".
 
          No sé que habrá sido de mi profesor, si estará vivo o muerto, pero...si algún me reencuentro con él, solamente le diré "gracias", ahora entiendo el significado de esa frase, que siendo niña no entendí.
 
Rubizul
03 de septiembre del 2012


 

jueves, 3 de enero de 2013

Sueños, siempre sueños...





Sueños, siempre sueños.
sólo ellos son mis dueños. 
Quisiera poder abrir los ojos,
y saber que mis sentimientos,
no son simples antojos. 
Poderte decir de una vez por todas,
que te necesito a todas horas. 
Que necesito de tus abrazos,
de tus besos, en mis labios
de tus caricias,en mis senos... 
Sueños, siempre sueños
Cómo rogarte que estés en ellos
Sueños, siempre sueños… 


Eva María Maisanava Trobo
25/01/2012