lunes, 23 de diciembre de 2013

3ª Reseña de mi novela. Escorts, una semana en París; por Jesús San Gil.


Decía Miguel Delibes en una entrevista que leí hace años, que si alguien quería conocerle tendría que leer su obra.

Los que de una u otra forma tenemos algún vínculo con la escritura sabemos que eso es verdad. Sabemos que la capacidad de expresión de la palabra escrita supera cualquier otra forma de comunicación.

Cabe incluso la posibilidad de que el autor utilice la escritura para hacernos ver una parte de sí que no puede mostrar de otra manera. Escorts, una semana en París, es por encima de todo una novela emocional en la que la autora desnuda su alma para poner frente a nuestros ojos el drama de las urgencias humanas, de las necesidades que conducen nuestros actos y del derrumbe de las barreras tras las cuales ocultamos nuestra verdadera personalidad.

Giselle es una mujer sensible, igual que el inalcanzable Musa o Eva, la autora de este libro. Veo a la protagonista de la novela y me parece ver a su creadora viviendo las mismas experiencias y actuando de la misma forma.

Los personajes, por mucho que se esfuerce el autor de un libro en hacer lo contrario, son herederos directos de la personalidad de quien los perfila y los pone a jugar en el imaginario tablero del papel impreso. Si además, al cóctel emocional y melodramático se le añaden unas gotas de erotismo, la cosa funciona aún mejor.

Definitivamente, quien quiera conocer a Eva Mª Maisanava Trobo, que lea Escorts, una semana en París.

Jesús San Gil



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