Lo sencillo, sería desearos una Feliz Navidad; pero en épocas como estas no puedo evitar plantearme el verdadero significado de la Navidad, y si de verdad existe.
¿Qué es la Navidad?, ¿lo que vemos en la televisión? ¿Lo que El Corte Inglé...s nos quiere vender? ¡No!, para mi la Navidad, si de verdad existe, dista mucho de lo que nos quieren vender.
Haciendo una burda comparación, sería como equiparar el día de Navidad, con el día de San Valentín.
¿Sólo queréis a vuestra pareja ese día? ¿Sólo le hacéis regalos ese día? ¿No amáis a vuestra pareja el resto del año, igual o más que ese día?, quizás aunque sea una comparación inusual, es lo más parecido.
Este planteamiento sobre la Navidad, está más asentado ahora si cabe, ya que yendo el otro día en Renfe con una compañera de formación, y hablando de la Navidad y por lo tanto de la carencia del espíritu Navideño, me dijo:
- Eva, es que este año no hay dinero por la crisis, y no se vive igual la Navidad.
Y sin querer vuelvo a la misma conclusión. Desde niños hemos percibido la sensación de consumismo, y sin darnos cuenta lo hemos asociado a la Navidad.
El único motivo que me impulsa a escribir este relato, (mientras que voy y vengo cada día a la formación a las 8:00 de la mañana, sentada en un asiento de un vagón del tren, mientras que percibo las miradas curiosas de personas ajenas, haciéndome sentir un bicho raro por escribir a esas horas), es para haceros ver a "todos" o a aquellos que tengan un ápice de duda, lo que para mi significa la Navidad, y no sólo el día 25, sino durante todas las Fiestas Navideñas y siempre.
Y lo voy a hacer de la mejor manera que sé, con un relato, por si lo escrito anteriormente no os ha valido para haceros sentir, lo que seguro después de leerlo, si sentiréis.
Esta historia puede ser real, o simplemente fruto de mi imaginación, pero de lo que estoy segura es que esta situación, os hará ver la Navidad desde otro prisma.
Denis un hombre africano de 30 años, sin apenas recursos económicos, teniendo por casa unas tristes ramas que con dificultad protegen a su familia de la lluvia, con suerte de tener ese día un trozo de carne que asar, pero sin pan, sin caviar, sin langostinos, sin un árbol de Navidad, sin adornos Navideños, sin paquetes dorados con regalos en su interior. Pero... con un ingrediente que en muchas casas, aun teniendo lo anteriormente mencionado, no tenemos o hemos olvidado, "el saber compartir
y dar gracias por lo que tenemos".
La salud, la felicidad, el amor y la suerte, no sólo se deben apreciar, desear, ansiar o valorar en estas fechas, sino que deberían estar presentes, en todos y cada uno de nuestros días.
La Navidad es ayudar al prójimo, compartir con los más necesitados, dar Amor, pero no sólo ahora, sino siempre. Por eso me niego al consumismo, y a celebrar la Navidad de la forma que la sociedad nos obliga.
Por eso termino éste escrito, que no es más que un pensamiento en voz alta compartido con vosotros, con una frase.
- ¿Feliz Navidad? ¡No! Salud y suerte.
¿Qué es la Navidad?, ¿lo que vemos en la televisión? ¿Lo que El Corte Inglé...s nos quiere vender? ¡No!, para mi la Navidad, si de verdad existe, dista mucho de lo que nos quieren vender.
Haciendo una burda comparación, sería como equiparar el día de Navidad, con el día de San Valentín.
¿Sólo queréis a vuestra pareja ese día? ¿Sólo le hacéis regalos ese día? ¿No amáis a vuestra pareja el resto del año, igual o más que ese día?, quizás aunque sea una comparación inusual, es lo más parecido.
Este planteamiento sobre la Navidad, está más asentado ahora si cabe, ya que yendo el otro día en Renfe con una compañera de formación, y hablando de la Navidad y por lo tanto de la carencia del espíritu Navideño, me dijo:
- Eva, es que este año no hay dinero por la crisis, y no se vive igual la Navidad.
Y sin querer vuelvo a la misma conclusión. Desde niños hemos percibido la sensación de consumismo, y sin darnos cuenta lo hemos asociado a la Navidad.
El único motivo que me impulsa a escribir este relato, (mientras que voy y vengo cada día a la formación a las 8:00 de la mañana, sentada en un asiento de un vagón del tren, mientras que percibo las miradas curiosas de personas ajenas, haciéndome sentir un bicho raro por escribir a esas horas), es para haceros ver a "todos" o a aquellos que tengan un ápice de duda, lo que para mi significa la Navidad, y no sólo el día 25, sino durante todas las Fiestas Navideñas y siempre.
Y lo voy a hacer de la mejor manera que sé, con un relato, por si lo escrito anteriormente no os ha valido para haceros sentir, lo que seguro después de leerlo, si sentiréis.
Esta historia puede ser real, o simplemente fruto de mi imaginación, pero de lo que estoy segura es que esta situación, os hará ver la Navidad desde otro prisma.
Denis un hombre africano de 30 años, sin apenas recursos económicos, teniendo por casa unas tristes ramas que con dificultad protegen a su familia de la lluvia, con suerte de tener ese día un trozo de carne que asar, pero sin pan, sin caviar, sin langostinos, sin un árbol de Navidad, sin adornos Navideños, sin paquetes dorados con regalos en su interior. Pero... con un ingrediente que en muchas casas, aun teniendo lo anteriormente mencionado, no tenemos o hemos olvidado, "el saber compartir
y dar gracias por lo que tenemos".
La salud, la felicidad, el amor y la suerte, no sólo se deben apreciar, desear, ansiar o valorar en estas fechas, sino que deberían estar presentes, en todos y cada uno de nuestros días.
La Navidad es ayudar al prójimo, compartir con los más necesitados, dar Amor, pero no sólo ahora, sino siempre. Por eso me niego al consumismo, y a celebrar la Navidad de la forma que la sociedad nos obliga.
Por eso termino éste escrito, que no es más que un pensamiento en voz alta compartido con vosotros, con una frase.
- ¿Feliz Navidad? ¡No! Salud y suerte.
Con cariño
Eva María Maisanava Trobo
Eva María Maisanava Trobo
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