—¿Qué
sería sin ti?—. Es lo que has puesto hoy en la foto que has compartido, y
aunque salgo horrible en ella, no me importa. Porque estoy a tu lado. Y sobre
todo, porque es una señal de que, poco a poco, estás mejorando.
Ya
sabemos que el camino, como la vida, no es fácil. Pero incluso con todas las
dificultades, es mejor tener la oportunidad de seguir viviéndola.
—¿No
te lo quieres ni imaginar lo que sería vivir sin mi presencia en la tuya?— Pues
yo tampoco. La noche del 14 no dormí, estuve llorando, hecha polvo. Como tantos
otros días anteriores, sabiendo cómo estabas… La vida sin nuestras risas sin
sentido, sin compartir nuestros secretos, para mí no tendría razón de ser.
Créeme cuando te digo que me resultaría muy difícil asumir mi vida sin tu
presencia en ella.
Somos
lo más parecido a "gemelas vitelinas", separadas al nacer, pero que
un buen día Facebook nos permitió reencontrarnos. Y aunque nos conocemos desde
hace doce años, solo nos hemos visto tres veces… pero tres veces auténticas. Y
luego están todas las conversaciones, los audios de WhatsApp, que durante años
nos han sostenido en el tiempo.
Ten
por seguro que, como buena Tauro, embisto. Soy auténtica, sincera y valiente
—cosas que muchos no son ni han sido—. Siempre seré leal a lo que siento y, por
ende, a mis principios. La hipocresía es un disfraz que me niego a llevar. No
va conmigo. Ya sabes que me gusta sostener la mirada. Y eso solo lo puede hacer
quien es claro, sincero y transparente. Porque quien no lo es, silencia la
verdad y no la mira de frente.
—¿Gracias
por ser tú, Tata?, me dices—. Gracias a ti por permitirme ser tu Tata. Y
gracias a tu marido, por hacer de chófer y aguantarnos, que cuando tú y yo nos
juntamos, tenemos más peligro que una granada de mano.
![]() |
No
he podido evitar contestar a ese post que has publicado y que tan feliz me ha
hecho. Nos queda un camino complicado por recorrer. Tú, con tu recuperación.
Yo, con mi posible operación. Pero si hay algo que va a hacer que nos esforcemos
más por sanar, sin duda será para reencontrarnos de nuevo.
Para
abrazarnos —porque ambas lo necesitamos—. Y para hacer todo lo que nos quedó
pendiente la última vez que estuve: bañarnos desnudas, tomarnos un mojito y, si
es Navidad, “cambiar de lugar una bolita de un árbol de Navidad”.
Te
quiere, tu Tata
22/04/2025
– 20:30
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por dejar tu comentario. Para mí es muy importante.