domingo, 31 de agosto de 2025

¡¡Ya salió de la incubadora!!

 

Hola a todos; por fin puedo deciros con toda la seguridad del mundo, que mi hija: El diario de Ena, ya salió de la incubadora. Está radiante de vida y con ganas de emocionaros, como lo estoy yo ahora anunciando que desde ya, si queréis, podéis adquirir un ejemplar. 

Espero que disfrutéis de la historia. Si de algo estoy segura es de que si la vida de Giselle os emocionó, la de Ena os va a impactar de tal manera que a lo largo de toda la historia, vais a pasar de reír, llorar, excitaros, cabrearos con “algún personaje”, pero sobre todo… tendréis la necesidad en más de una ocasión de abrazarla, de protegerla como se merece. 

          Escribo desde que tengo uso de razón, desde que era una niña que iba a todos los sitios con su diario con candado. Lo que jamás pensé, es que siendo una mujer hecha y derecha, iba a escribir un diario, y permitir que fuese leído por quien quisiera. Pero tal vez solo así, compartiendo el dolor que Ena ha sentido durante meses, sepáis lo complicado que es hablar cuando el respeto te pide callar.

          Un silencio, que Ena supo transformar en literatura, demostrando de esta manera, que la ética no está en la bata blanca, sino en el saber estar y en la valentía de encarar lo que uno guarda en su interior. 



Podría hacer un comunicado o escrito más extenso, pero… me he entregado y vaciado de tal manera con la novela, que poco más puedo añadir, salvo daros las gracias a todos los que de alguna manera, más cercana o lejana, estáis en mi vida.

https://www.amazon.es/dp/B0FPBL8CM3


Me merezco pasar una “cuarentena” tranquila, lejos de la escritura, para centrarme más en la lectura y tal vez en mi “útero” en breve, se comience a gestar otra historia…


Con cariño, Eva.



sábado, 30 de agosto de 2025

30 de agosto de 2025: Os presento a mi hija. El diario de Ena.

Llevaba varios días con contracciones, el dolor ya estaba siendo insoportable, pero… las ganas de ver la carita de mi nueva hija son más fuertes que lo que yo pueda padecer. Ya que esta criatura es el fruto del dolor, que con el buen hacer de su madre, la supo transformar en arte, para que de este modo naciera en un mundo lejos de la ambigüedad y más cerca de la literatura; que lo primero que respirase fuese letras y acentos, tal vez así, con el tiempo, escribiese como me vio a mí durante todo el tiempo desde que terminé la novela el pasado 9 de julio a hoy, 30 de agosto. 


Mi hija ya ha nacido hoy a las 19:45, justo un año después de aquel gesto en que uno de sus padres me tomó de la cintura y, sin saberlo, empezó a fecundar mi pensamiento. Desde entonces he llevado este embarazo entre silencios, palabras y desvelos, hasta que por fin hoy mi novela vio la luz.

No penséis que es desapego emocional el hecho de querer dejarla volar, más todo lo contrario. Heredó de su madre el coraje y la valentía para volar por sí misma, porque si hubiese heredado de sus padres la cobardía, no vería la luz y por ende: jamás sería feliz.

No ha sido un embarazo fácil, ni sencillo, como tampoco lo fue su concepción. No fueron genes los que me fecundaron, sino gestos, miradas, palabras, silencios… y fruto de ello: hoy ha nacido mi segunda hija, mi novela. Y desde ya vuestra hija y vuestra historia.

Una historia, que lejos de pasar desapercibida y olvidada una vez cerréis el libro, vivirá para siempre en vuestra memoria y en vuestras retinas, porque está escrita de manera que desde la primera página os vais a sentir voyeurs.

Me vais a ver reír, llorar, cabrearme con la vida, bailar, sentir dolor y hasta masturbarme. Y todo esto desde un punto privilegiado, vuestra casa; ese hogar en el que mi hija crecerá; donde será completamente feliz y libre, como lo soy yo ahora… cuando mi hija salió de mí, para dejar de pertenecerme y ser vuestra.

Como ha sido un poquito prematura, necesita pasar un tiempo en la incubadora antes de mostrarse al mundo. Amazon decidirá cuándo enseñaros su carita.

Os avisaré el día en que me avisen que ya está lista para enfrentarse a todo y al qué dirán como siempre hará su madre.

Tratadla con el respeto y el cariño que uno de sus padres me dio y el otro: No.

 

Gracias por acoger a mi hija en vuestras vidas.

Un abrazo,

Ena


jueves, 28 de agosto de 2025

Un marcapáginas para sostener la memoria

 

 

Ya tengo en mis manos los marcapáginas definitivos de El diario de Ena. La paciente que escribía.

Podría parecer un simple trozo de cartulina, pero para mí es mucho más: es el puente entre la historia escrita y la persona que la recibe.


Cada detalle tiene un porqué. En el anverso, la frase que me define: “Me aferré al pasado para encarar el presente”. Y más abajo, otra confesión: “Si bien mi belleza pudo ser una maldición, del mismo modo fue: mi ambición, un castigo”. Palabras que resumen la esencia de la obra: una mujer enfrentada a sus luces y sombras, a su dignidad y sus heridas, a su fuerza y a sus límites. 


En el reverso, la portada del libro: Ena, de espaldas, caminando por un pasillo que no solo es médico, sino vital. El camino de cualquiera que se enfrenta a sus propios silencios. El marcapáginas invita a seguirla, a entrar con ella en la historia.

Incluí también un código QR que lleva directamente a mis redes sociales, porque este proyecto no termina en el papel. La literatura se completa cuando alguien del otro lado lee, comenta, pregunta, se reconoce. Ese diálogo me sostiene, y este marcapáginas quiero recordarlo: “¡Gracias por sostenerme!”

Hoy siento que este pequeño objeto es un símbolo. Así como un lector sostiene con él el lugar en el que ha dejado su lectura, también yo he encontrado sostén en quienes han caminado conmigo durante la escritura y ahora lo hacen en la publicación.

Los marcapáginas acompañarán los ejemplares de El diario de Ena. La paciente que escribía, ya disponible en Amazon. Espero que, cuando lleguen a vuestras manos, no sean solo un señalador de páginas, sino un recordatorio de que cada lectura es un acto de encuentro.

 

Ena 28/08/2025 13:44



lunes, 25 de agosto de 2025

“Nueve meses”

Es complicado intentar expresar con letras lo que siento. Hace doce años publiqué mi primera novela —Escorts, una semana en París—, justo  en Diciembre del 2013.

Estaba nerviosa, mucho, era la primera vez que conseguía que uno de los sueños que tenía desde niña, se materializase.

Pero… ahora es todo diferente; la vida y los años colocan a una donde corresponde. Y es por eso por lo que anunciar el nacimiento de esta novela o diario —como quieras llamarlo—, es muy importante para mí.

Es una historia escrita desde el alma, con el corazón y sin anestesia alguna.

La historia que vas a leer en El diario de Ena. La paciente que escribía, transcurre desde julio de 2024 a 24 marzo de 2025. Justo nueve meses. El tiempo de una gestación. 

Durante esos meses a Ena la fecundaron de miradas, de gestos, de silencios, de ambigüedad, que pesaban más que cualquier palabra. Lo que otros quizá hubieran querido olvidar, ella lo llevó dentro y lo transformó en literatura.

No ha sido un hijo lo que ella ha parido, sino un libro; que a pesar de tener dos padres, nacerá sin apellidos.

Comenzó a gestarse en su pensamiento el 24 de marzo, día en que afrontó una de esas situaciones que marcan un antes y un después en la vida. No se sentó a escribirla hasta el 9 de mayo, sin imaginar que apenas una semana después, el 16, perdería a su padre. Se fue de su vida, pero no de su corazón. Ya que la dejó la responsabilidad de llevar su apellido y todo lo que ello conlleva.

Al día siguiente fue su cumpleaños. Mientras recibía mensajes felicitándola, se encontraba en el tanatorio, velando a su padre. No fue el cumpleaños que hubiese deseado. El 18 se despidió de él. Y desde el día siguiente se aferró a esta novela como quien lo hace a una tabla a la deriva en alta mar.

Entonces se dio cuenta de que, de nuevo, debía su vida a la literatura. Tú y ella, sois los que de alguna manera habéis logrado que Ena se mantuviese en pie.

Así que no se ha concedido el lujo de llorar… hasta ahora, mientras que está anunciando el alumbramiento de su nueva “hija”: El diario de Ena.

El 22  de mayo la operaron, regresó a su casa el 25. La primera parte de las grapas se la quitaron el 4 de junio y la última, el 6 de junio.

Pero... fue el 8 de junio cuando su madre se cayó. Pasó la noche en el suelo. El 9 la llevó al hospital. Y desde el 10 de junio al 10 de julio estuvo en su casa casi siete horas cada día, cuidándola, sosteniéndola y, al mismo tiempo, escribiendo. Para, de esa forma, sostenerse a sí misma.

Escribió en los pasillos de la clínica. También lo hizo en casa de su madre. Pasó noches en vela escribiendo. A veces le faltaba el aliento. Otras, le invadía la rabia. Y en otras, el deseo. Fue la única forma para no venirse abajo.

Aun con todo lo que has leído, esta novela la finalizó el pasado 9 de julio, desde entonces, ha estado días encerrada en la biblioteca corrigiéndola, siendo en algunas ocasiones su propia editora y en otras, verdugo.

Hoy, agosto de 2025, la presenta. Y no es casualidad que sea el día 30: justo la fecha en la que, un año antes,  un profesional de la medicina cruzó la línea entre lo profesional y lo ético, entre lo correcto y lo que nunca debió suceder.

Nueve meses de silencio se transformaron en un libro. Y ahora te la entrega, entre vísceras y sangre, con la certeza de que cada página es fruto de esa espera y que leyéndola te vas a emocionar tanto o más como ella, escribiéndola.

  

Ena

25/08/2025

 

P. D. En cuanto la criatura esté oficialmente en el mundo —es decir, a la venta—, haré un nuevo comunicado con el enlace, para que quien lo sienta, pueda acogerla entre sus manos.



viernes, 22 de agosto de 2025

Un marcapáginas, un regalo.


Hoy quiero contaros algo que me hace mucha ilusión: ya tengo en mis manos los marcapáginas de El diario de Ena. Son sencillos, pero están hechos con el mismo cuidado con el que he escrito cada página de la novela. Quiero que cada persona que decida acercarse para que le dedique su ejemplar se lleve también uno de ellos, como un detalle, como un pequeño símbolo de todo lo que significa este libro para mí. 



Si todo va bien y consigo llegar a tiempo, mi intención es publicarlo el próximo 30 de agosto, fecha en la que todo empezó y, de este modo, un año después, se cierra el círculo de lo que pudo ser y no fue.

Aún me queda un poco de trabajo por delante, porque mi deseo es que el resultado esté a la altura de lo que vosotros esperáis y, sobre todo, de lo que yo quiero entregar. Si en algo fallo, os pido perdón ya de antemano. No quiero defraudaros.

Esta novela no es solo un libro. Ha sido un proceso muy profundo, en el que me he aferrado al pasado para poder encarar el presente. Y no ha sido fácil, especialmente desde el 16 de mayo —día en que murió mi padre—, una fecha que marcó mi vida de un modo que todavía estoy aprendiendo a aceptar. Quizá por eso siento que cada página, cada palabra, cada pausa tiene un peso distinto.

Por eso me hace tanta ilusión tener pronto entre las manos este detalle. Porque no es solo un complemento: es el recordatorio de que, incluso en medio de lo difícil, hay historias que nacen y se sostienen. Y que cuando alguien las acoge, ya no son solo de quien las escribió, sino también de quien las lee.


Gracias por estar ahí.

Ena

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