Cansada de
tanta falsedad, de esas máscaras que muchos llevan de cara a la sociedad.
Decidí desnudarme para sentirme vestida con la verdad, ésa que muchos ocultan
detrás de un disfraz. Y me sentí llena, sincera, pletórica. Aunque sentí
miradas lascivas, comentarios repulsivos e indignos de repetir. ¿Pero dónde
estaba la verdad?, en mí, que estaba desnuda y vestida con la verdad, o en
aquellos que iban disfrazados de señores, murmurando y llenos de maldad. Yo
prefiero seguir desnuda y con el alma vestida, que disfrazada de absurdas
mentiras. ¿Y tú?
Eva María Maisanava Trobo (Rubizul)
9 de octubre del 2012
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