jueves, 3 de enero de 2013

Sueños, siempre sueños...





Sueños, siempre sueños.
sólo ellos son mis dueños. 
Quisiera poder abrir los ojos,
y saber que mis sentimientos,
no son simples antojos. 
Poderte decir de una vez por todas,
que te necesito a todas horas. 
Que necesito de tus abrazos,
de tus besos, en mis labios
de tus caricias,en mis senos... 
Sueños, siempre sueños
Cómo rogarte que estés en ellos
Sueños, siempre sueños… 


Eva María Maisanava Trobo
25/01/2012

domingo, 9 de diciembre de 2012

Un vestido, un disfraz.


     Su imagen altiva, de mujer segura y capaz de controlar toda situación, le ha llevado a interpretar un papel; un papel que cada día le es más complicado de desmentir, ¡lo interpretó tan bien! Que no ve la hora de poder dejar de actuar y demostrar que no es una mujer tan dura, ni con un corazón tan insensible, más todo lo contrario, Ena es un corazón, atrapado en una sociedad que olvidó, lo que realmente es querer. 

     Tal vez vivir la vida demasiado rápido, hayan conseguido que pasara por situaciones difíciles de superar e imposibles de olvidar.          

     El tiempo pasa y todavía guarda la esperanza, de que llegue el día en que todos sepan, que su vestido negro no es más que un vestido hilvanado con ternura y bordado con la verdad. 

     Un vestido, un disfraz en el que sin querer, oculta lo que le da miedo a mostrar:

     -Que es una mujer distinta y difícil de olvidar -. 

         

Firmado
 
          La mujer sin rostro

viernes, 7 de diciembre de 2012

Una copa, nada más.

          Tan sólo fue necesario una copa, para que de mis labios saliera una sonrisa que logró tambalear los cimientos de tu vida, una vida carente de emociones, un día igual que el otro, sin nada nuevo, sólo monotonía.
 
          Esa sonrisa fue la culpable, y hace que te cuestiones si vale la pena aferrarse a una vida tranquila y segura, pero carente de confianza y de momentos inolvidables.
 
          Sólo un pequeño sorbo, una tímida sonrisa, una mirada que te dijo más de lo que jamás te pudiste imaginar, sean hoy la consecuencia de lo que sentimos.
 
          Aunque pongamos tierra de por medio, aunque luchemos por no vernos, aunque coja el vuelo una y otra vez, aunque te vayas de nuevo de caza como antes solías hacer, aunque quieras... No podrás dejarme de querer.
 
          Porque aunque no lo digas. Sé que algún día llegará el momento en el que tenga que partir para no volver, y desde el cielo, te veré llorar de impotencia, de rabia, por no darte cuenta, de que lo que tuviste tan cerca, por miedo y comodidad, lo dejaste marchar. 
 
Salud y suerte.