Desde
siempre he tenido que escuchar: “Deja de escribir y haz algo de provecho”, una
frase que mis “progenitores” repetían con inquina una y otra vez. Pero era como
cuando mis “padres” me decían: “No salgas con ese chico, que no te conviene”.
—¿Y qué hacía? — Con más ganas salía con él, aunque ni me gustase ni sintiera
nada. El caso era fastidiar a mis padres. Y... ¿qué hice con la escritura? Caso
omiso. Porque cuando deseas algo o a alguien, es absurdo luchar contra lo que
sientes.
Todos
sabéis de la existencia de mi hija: La Revista de Todos. Pero muy pocos
conocéis que, gracias a ella, a los muchos escritores que confiaron en mí y a la
editorial que me ayudó a hacer mi sueño realidad, todo cobró sentido.
Siempre
he sentido la necesidad de ayudar a los demás, muchas veces incluso más que a
mí misma. Desde que tengo uso de razón, me han gustado los niños. Son el motor,
la vida, una fuente de sinceridad sin maleza. Pero cuando enferman, esa luz se
desvanece. Y eso me entristece, me araña las entrañas.
Un
día, como con la revista, me desperté llorando. Tenía que hacer algo. Sabía que
escribiendo podía lograr mucho más que acariciar el corazón de mis lectores.
Necesitaba llegar más lejos. Y, por suerte o por desgracia, soy repugnantemente
ambiciosa. No paro hasta conseguir lo que quiero... o a quién quiero.
Todo
comenzó cuando grabé un vídeo pidiendo ayuda altruista para realizar una
antología cuyos beneficios fuesen a parar a la Fundación Aladina. Igual
que con la revista, jamás pensé que alguien confiaría en mí. Y no solo
confiaron, sino que mi sueño se materializó.
Pronto
comenzaron a llegar colaboraciones y, lo más importante, una editorial creyó en en el proyecto. Y todo gracias a un compañero del colegio, que antes escribía en la revista.
¿Por
qué este título? Aunque parezca largo, tiene sin lugar a duda un motivo.
Solo por y para ti, porque es realmente lo que siento y quiero. A lo largo de nuestra ajetreada vida, bien por el trabajo o por otros motivos, en ocasiones nos sentimos como un número, como si en esta sociedad no fuésemos valorados en su justa medida. Y es por eso por lo que en La Revista de Todos queremos valorarte tal y como te mereces, abriéndote nuestros corazones con esta recopilación de relatos que no son sino jirones de nuestros corazones, escritos como solamente sabemos escribir: Desde lo más profundo de nuestro interior.
A lo largo de estos relatos vas a experimentar diferentes sentimientos: rabia, humor, indignación, comprensión, deseo y tal vez pasión; porque seguramente en cada uno de los relatos te sientas reflejado o te recuerde a la vida de un ser cercano.
Porque por mucho que los escritores queramos dejar de lado nuestra personalidad, es imposible…
Es en esencia parte de nuestra vida o la de los que nos rodean las que usamos para plasmar con letras, lo que muchos piensan y no se atreven a contar.
Es por y para ti que queremos que el tiempo que dediques a leer este libro te sientas tan importante como lo es para nosotros que disfrutes con cada un de las letras y sentimientos que en cada hoja hay plasmados, que no son sino “nuestros jirones, nuestra gran verdad”.
Con cariño, Eva.
La antología Solo por y para ti.
Nuestros jirones, nuestra gran verdad fue escrita con un propósito: ayudar
a los niños que padecen cáncer. Cada libro costó 10 euros y se vendieron 200
ejemplares. Dos mil euros fueron directos a la Fundación Aladina. Cuando
vi materializado ese sueño, me dije: Va a ser que escribir sí es algo de
provecho.
Muchos no lo sabéis, quizás pensáis
que formaba parte del último capítulo de El regreso de Giselle, donde
habla de la enfermedad de Darier.
Pues
bien, tengo esa enfermedad. Quise dar visibilidad a algo que siempre me ha
avergonzado hasta el punto de negarlo cuando un doctor me ha preguntado, si
tenía alguna enfermedad. Porque te sientes defectuosa, no entiendes por qué la
genética se ha ensañado contigo. Pero, con los años, te das cuenta de que,
siendo yo especial, no iba a tener una enfermedad común, sino una
"rara". Bromas aparte...
¿Qué
quiero decir con esto? Que no descartéis la posibilidad de que algún día vuelva
a liarme la manta a la cabeza y a dirigir otro proyecto de esa envergadura,
destinando la recaudación a FEDER (Federación Española de Enfermedades
Raras). Porque hay que dar voz y visibilidad a estas enfermedades y ayudar
económicamente.
Y
cuando algo se me mete en la cabezota... malo. Soy Tauro, ahí lo dejo.
Ya
sabéis un poquito más de mí y, sobre todo, que la literatura, si se usa bien,
ayuda mucho más que los escasos "recursos" que el gobierno destina a
la investigación, a la ciencia y a la medicina.
Gracias
por leerme y, sobre todo, no descartéis que algún día vuelva a meterme en otro
proyecto así.
Os
quiere, Eva Mª Maisanava Trobo