Eva María Maisanava Trobo

lunes, 8 de octubre de 2012

A ti

No estoy huyendo de ti

de quien lo hago es de mí.

Quizás porque me da miedo amar

porque siempre término llorando,

y aunque me quiero vacunar

ya es tarde, pues me estoy enamorando.

¡Y no quiero estarlo!, quiero huir

porque sé que de nuevo voy a sufrir.

¿Tanto te cuesta dejarme marchar?

Es la única manera de controlar

mi vida, y saber que no voy a llorar.

Aunque cuando estoy lejos de ti,

sufro más que cuando estás dentro de mí.

¡Está bien! dejaré de escapar

pero...por favor no me dejes de amar.

Eva María MaisanavaTrobo

8 de Octubre del 2012

domingo, 7 de octubre de 2012

Libre, pero enamorada

Cada noche de luna llena

me asomo a la ventana,

en ella veo tu imagen reflejada

y quizás sea por eso que estoy enamorada.

Aunque no sé si son sólo reflejos

o uno más de mis antojos.

Quizás llegará el momento

que resuelva éste tormento.

Pero de momento sólo sé

que tus labios nunca besé.

¿Por qué te apareces en mi sueño?

Tal vez porque deseas ser mi dueño.

Me temo que si tiene que ser así

te ruego, vete y aléjate de mí.

Porque solamente podré amar

a quien algún día me deje volar.

Eva María Maisanava Trobo (Rubizul)

7 de Octubre del 2012

jueves, 4 de octubre de 2012

Enfrentadas

Las dos siempre están enfrentadas

negándose el derecho de convivir,

dos personalidades bien arraigadas

que solamente me hacen sufrir.

Una de ellas es dulce, y cariñosa

con buen corazón y hasta hermosa.

La otra es más altanera y fogosa,

algo coqueta y en ocasiones veleidosa.

Las dos siempre se están negando

y a mi, me están envenenando.

Con las dos tengo que convivir

y por eso hoy te queremos decir

que las dos nos morimos por ti

aunque esto, esté escrito por mi.

Eva María Maisanava Trobo (Rubizul)

4 de octubre del 2012

Soledad

Hace tanto tiempo que no lo sentía,
que pensaba que lo había olvidado
y resulta, que sin querer me mentía.

Pero ahora sé que necesito amar.
¡Dime! ¿Dónde te puedo encontrar?

¡Ya sé!, solamente tengo que cerrar los ojos,
respirar profundo, tumbarme en la cama y soñar,
con el día en que tus labios pueda besar.
Pero siempre es lo mismo, sueños, ¡malditos sueños!

¡Dime que existes! ¡Qué eres de verdad!
Que no eres una utopía y que nos podremos amar.

¡Dímelo!, y sólo así dejaré de llorar,
y de sentir lo que ahora siento "soledad".