De repente me di
cuenta, que nuevamente estaba huyendo. Y no de él, ni por nada que me hubiera
hecho. Es más, estaba huyendo de mí misma. Quizás porque no quería que de nuevo
se apoderase de mí, para otra vez marcharse y dejarme vacía. Y llevo años, años
huyendo... ¡Quiero amar y me da miedo! ¡Quiero sentirle y me da pánico! ¡Quiero
coger el vuelo, pero no tengo alas! No tengo alas porque me falta valor. Y no
me refiero a ningún hombre, sino a eso que llamar "amor". Pero... No
creo en un amor convencional, donde te juran amor eterno, así sin más. Creo en
que dos personas se besen porque lo deseen, se vean porque se extrañen y se
amen porque se necesiten. Pero... No quiero que alguien me vea sólo por un compromiso,
un anillo o un juramento. Prefiero amar y que me dejen volar... ¿Hay alguien
que abogue con mí forma de pensar?
Eva María Maisanava Trobo