Hoy podía ser un viernes cualquiera,
pero sin embargo no lo es. De nuevo esas malditas voces que se hacen presentes
en mis oídos a modo de acufenos vuelven a resurgir de las lúgubres y tenebrosas
arenas movedizas donde durante un tiempo han estado ahogadas por la impotencia
de no poder ultrajar mi mente; pero hoy lo han logrado... Pese a mi
resistencia, lo han conseguido.
Necesito hablar y como siempre esta es
la manera más inteligente, la de escribir gritando. Qué metáfora tan difícil de
comprender para quien no se sienta mudo en ocasiones aún teniendo la virtud de
hablar.
No sé realmente porque estoy
escribiendo, ni tampoco que mensaje quiero transmitir. Solo sé que tengo miedo,
que un folio en blanco me da miedo, pero que esas voces que constantemente
martillean mi mente hacen que me enfrente a intentar unir unas cuantas letras y
lograr una vez más captar la atención del lector.
Estoy más de doce horas fuera de casa,
mi calidad de vida no es quizás la que desearía, soy una de esas millones de
personas que trabajamos para ser pobres y que el sueldo que cobramos a lo único
que me ha ayudado es a ser "economista" sin tener la diplomatura.
¡Vaya otra metáfora!
Por la mañana y como de costumbre
desayuno antes de comenzar mi jornada laboral, aquella que impide que me
dedique a mi pasión, a lo que es y será el gran amor de mi vida: la literatura.
Mientras tanto oteo la prensa y me encuentro la disputa de una presidencia del
gobierno, la ambición desmesurada de todos los políticos en busca de una buena
situación... Y me indigno, me da rabia. Que si vicepresidencia, que si quiero
ministerios, que si siendo el tercer partido político más votado estamos en el
gallinero del senado... ¡Bla, bla y más bla!
¿Quién se preocupa por éste país?
¿Quién va a lograr que los españoles tengamos la calidad de vida que antes
teníamos? ¿Quién va a conseguir que el paro baje? —pero baje, de verdad... no
temporalmente y con contratos mediocres y sueldos vergonzosos.
¡Me voy hacer política!, si y voy en
serio... —Como diría Pedro Sánchez—. Voy a crear un partido político: "El
Solo di No"
¡No! a la gentuza que juegan a
gobernar sin saber como hacerlo, ¡no!, a la hipocresía, demagogia y comentarios
pueriles que se leen en periódicos y se oyen en televisión y radio de esos que
quieren ser... ¿Políticos?, o enriquecer su patrimonio y ¡no! a quien no piensa
en los españoles sino es su propia y desmesurada ambición.
En fin no sé porque he escrito esto.
Ni si te unirás a mi partido político, no ofrezco sobres en "b", tan
solo te ofrezco la oportunidad de comentar un texto con la dignidad que muchos
de "esos" que juegan a gobernar, perdieron, hace mucho, mucho tiempo
atrás.
Como siempre y una vez más: salud y
suerte.
¡Vaya pese a no escribir con
frecuencia creo que no he perdido calidad!
Eva Mª Maisanava Trobo
ese "NO" nos vuelve grandes revolucionarios!
ResponderEliminarCierto, Ariel: Nos vuelve bastante revolucionarios.
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