Seguía absorta en la lectura de su diario y no me había percatado de que mi marido estaba llamando a la puerta.
viernes, 29 de noviembre de 2024
No me leas, siénteme. Capítulo IV. No tienes corazón y por eso, me voy...
Seguía absorta en la lectura de su diario y no me había percatado de que mi marido estaba llamando a la puerta.
Comunicado "No me leas, siénteme".
Buenos días, tardes o noches a todos; porque como ya sabéis no se muy bien a qué hora os conectáis.
A todos los que habéis leído parte de mi nueva novela “No me leas, siénteme”, tengo que deciros que el capítulo que vais a leer a continuación y cuyo título es: —No tienes corazón y por eso, me voy…—, va al final del todo.
Espero que, ahora, que tenéis todos los capítulos hasta ahora escritos, disfrutéis, leyéndolos de nuevo en el orden que llevan. Así comprenderéis mejor la historia.
Como ya escribí en un post hace no mucho. Escribir esta nueva novela, me está costando mucho, sé que podré hacerlo, pero necesito tiempo.
Los escritores no estamos todo el día delante del ordenador, tenemos vida privada y aunque en ocasiones, la necesidad de escribir es mayor que ir al cine, también el distraernos, tomar un café con amigos, cenar, pasear e incluso ir a una consulta médica, es en el mayor de las casos una necesidad y una fuente de inspiración.
Vivimos en un país en el que por desgracia la gente tiene la manía de hablar muy alto y los que somos observadores y tenemos la antena siempre puesta, nos sirve para más de lo que os imagináis.
Espero que el capítulo que vais a leer os guste.
Nunca dejéis de tener en cuenta que —Los cambios, siempre son complicados. Pero muy bonitos cuando se consiguen—.
No olvidéis que el especial de La Revista de Todos será, el próximo día 22 de Diciembre. Mis compañeros y yo, estaremos, encantados de que nos leáis.
martes, 26 de noviembre de 2024
Operación... "Bolita de Navidad"
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El problema es cuando entro en la cafetería y observo que está adornado con motivos de Navidad. Y para vosotros será algo normal, pero para mí no… y en unas cuantas líneas entenderéis el por qué.
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Me siento, viene la camarera, pido la comida, me la traen y el pulso cada vez se me acelera más.
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Si, lo confieso, soy cleptómana de bolitas de Navidad desde que una compañera mía del instituto y yo con la tontería de decirnos la una a la otra.
Me relajo, empiezo a otear mi propio Instagram y me doy cuenta de que en el año 2021, aparece la foto de una bolita que robé un día en el que un amigo me invitó a cenar y éste conocedor de mis “tradiciones” se convierte en unos instantes en mi cómplice.
—Si queréis ser mis amig@s tenéis que saber que tendréis que pasar tarde o temprano por esta prueba para ganaros mi confianza—
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Sigo observando las fotos y en el 2023 aparece la foto de una bolita que robé un día en el que aprovechando que tenía que llevar unos documentos de mi padre al Hospital Puerta de Hierro, de nuevo, y como es normal en estas fechas otro arbolito de Navidad aparece delante de mis narices.
Este año he decido que sea en una clínica donde logre, un año más, hacer mi "tradición" realidad.
Y sólo tengo tres oportunidades el 2, el 20 y el 23 de diciembre para poderlo conseguir, que aunque realmente no tengo que ir al médico, he pedido cita, para así tener esa oportunidad, de llevar a cabo la "Operación... Bolita de Navidad".
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Al salir de la cafetería donde he comido, mis pasos, me dirigen una vez más a la biblioteca.
Tengo la imperiosa necesidad de leer algo distinto, fuera de lo que normalmente suelo leer.
Como espero que haya marcado este relato tu vida.
Espero que os hayáis divertido leyéndolo como yo… ¿escribiéndolo o siendo protagonista del mismo?
Sea como fuere, ser felices y no olvidéis que el próximo viernes será el último capítulo de la vida de Giselle que podréis leer y escuchar a la vez.
Feliz día…
Eva Mª Maisanava Trobo 26/11/2024 20:06
lunes, 25 de noviembre de 2024
Genial Imagen por Don Manuel MEJÍA SÁNCHEZ-CAMBRONERO
Este
mundo, siempre he dicho que es de oropel, pero, sin embargo, en ocasiones, te
encuentras con situaciones que te hacen ruborizar, pero que sin duda alguna te
llenan de felicidad.
Don Manuel Mejía Sánchez-Cambronero, un gran poeta de Ciudad Real, al ver este montaje que había hecho con mi foto, me escribió este poema.
Y aunque aquí solamente público cosas mías. Pero... cuando, un admirador, de repente te manda esto, pues estoy que no estoy...
¡Vaya! Que me alegra saber, que, a mi edad, todavía tengo mi público.
Tenía
que compartirlo con vosotros, porque todavía.. aunque "pocos" quedan “caballeros”.
¡Gracias,
Don Manuel! Ya se las di en su día, pero como sé que me sigue lo hago también
ahora.
Espero
que a vosotros os guste, porque yo sin lugar a duda, me he enamorado de su buena
péñola.
Y es que, ¡sí!, a los que escribimos no se nos conquista con un cuerpo espectacular; sino que lo consigue un hombre con la cabeza bien amueblada, con buena retórica y sobre todo… con una excelente educación y un mejor saber estar. Y si encima disfruta leyendo lo que nosotros escribimos, ya tiene un gran porcentaje ganado a su favor.
Esta
imagen tan preciosa
donde
está la torre Eiffell,
y
de ese fondo tu rostro
con
claror se deja ver
salpicado de burbujas
y
con esa candidez
que
nace de esa mirada
penetrante
de tu ser,
que
lo va diciendo todo
con
su brillante mudez,
que
no precisa palabras
para dárnoslo a entender.
La
estampa habla por sí sola
y
cuanto en ella se ve
forma
parte del embrujo
que
envuelve el hoy y el ayer;
y
que a la vista la arrastra
sin poderla detener nadie,
porque su atracción
tiene un fuerte no sé qué…
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Manuel MEJÍA
SÁNCHEZ-CAMBRONERO
A
Eva María Maisanava Trobo, con afecto…
viernes, 22 de noviembre de 2024
Comunicado. No me leas, siénteme.
Buenas
días, tardes o noches, porque como ya sabéis no sé a qué hora sacáis tiempo de
vuestras vidas, para otear el blog.
Aprovecho a pedir a todos los lectores de la novela "No me leas, siénteme", a que leáis de nuevo capítulo a capítulo, ya que con estos tres nuevos que he subido, os habrá dejado un poco descolocados.
Ya
solamente queda un capítulo, de lo que tengo escrito y que subiré, el próximo viernes; que coincidirá
con el último de la apasionante vida de Giselle y que a estas altura espero que
tengáis claro el mensaje que capítulo a capítulo, desde su punto de vista os ha
querido dar a entender. El más importante el de no “Juzgar”.
A
partir del próximo viernes ya no habrá más capítulos, porque todo lo que habéis
leído ahora lo escribí a ratos mientras me sobraba un pequeño tiempo en la hora de la
comida, cuando estaba trabajando en 2019. Aunque más que comer, mal comía, porque la
necesidad de escribir me alimentaba más que cualquier alimento.
¿Cuándo
terminaré? Ni idea.
Llevo una época en la que no me encuentro bien “como mujer” y no me gusta escribir desde el despecho o la rabia. Dejaré pasar un tiempo hasta que mis “heridas sanen” y entonces me centraré. Mientras… iré a visitar tanto el Museo del Romanticismo como el Museo de Cerralbo, que tanto me gustan. Además llevo años sin visitar el Museo del Prado y creo que ya es hora de que me pierda entre tanta belleza pictórica y... ¡Sí!, lo confieso, me compraré algún detallito. Ya que no me hacen regalos, pues me los auto regalo. Se tenía que decir y se dijo.
Hasta
que llegue ese día, tenéis, desde el 2012 que abrí el blog, mucho por leer.
Nunca
he querido corregir nada de lo escrito, aunque obviamente está para corregir,
pero no lo hago por un motivo personal, aunque quizás no compartáis. En su día
pensaba, sentía y vibraba, de esa manera. Si los modifico, ya no tendrían la autenticidad que ahora
tienen.
No
sé si me explico, pero usando una comparativa un tanto fuera de lugar, es como
cuando terminas una relación, no vas a tirar los regalos o borrar las fotos de
esa persona —que durante “X” tiempo— te hizo feliz. Al igual que tampoco borro
ningún “relato/poema” de los que uso para expresar lo que siento, porque de no
ser así, en persona… no podría. Han sido sentimientos que he tenido y por lo
tanto aquí se quedan ya que no me avergüenzo de ellos.
Con
cariño, Eva.
No me leas, siénteme. Capítulo III. El diario.
De regreso a casa y deshaciendo el camino anteriormente recorrido y al pasar de nuevo por las "siete revueltas" vi una residencia de ancianos que me llamó la atención sobremanera, más que nada por su nombre: "El retiro".
Eso era lo que yo necesitaba, retirarme. Dejar a un lado mi trabajo que solo me aportaba dinero y en el que no podía desarrollarme laboralmente —demasiadas trabas y envidias—. En todas las empresas me terminaba sucediendo lo mismo, cuanto más demuestras lo que vales y hasta donde eres capaz de llegar, peor es.
Mírame...
Mírame…
Tan
sólo mírame,
no
me importa que juegues a amar
o
que entregues tu cuerpo a otra.
Mírame…
Y
déjame tan sólo,
rozar
tu sombra.
Eva Mª Maisanava
Trobo
22/11/2024 15:00
lunes, 18 de noviembre de 2024
Exijo una hoja de reclamación.
Hace mucho tiempo que escribí este relato, justo el 14 de febrero del 2019, día en que La Revista de Todos hizo el especial de San Valentín. Hoy revisando el contenido para el siguiente especial de Navidad, es cuando me he dado cuenta, de que ha sido una de las entradas más visitadas; supongo que es porque una vez más salgo de mi zona de confort, para meterle un poco de humor al relato, con cierto acento andaluz. Espero que disfrutéis leyéndolo y es que sí, Cupido, debería graduarse la vista… jajajaja.
La
verdad es que nunca pensé que iba a tener que dirigirme a un personaje tan
conocido por todos vosotros y desde hace siglos y siglos, como lo es Cupido.
Pero debido al estado en el que se encuentra una amiga mía no me queda otra que
hacerlo y además ya es hora de que alguien deje de verle como a
una criaturita adorable, rechoncha, que transpira amor por todos sus poros y
con carita de niño travieso, porque creo que no siempre hace bien su trabajo.
Estimado
Cupido;
Me llamo Trinidad, aunque me conocen más por La Trini. Soy de Sevilla y tengo más arte que ná. Cuando he de estar de jarana, lo estoy, me enfundo en mi vestido y a bailar sevillanas en la feria como una loca. Ahora... ¡Cucha! que cuando tengo que estar seria, ¡ozú! Hasta los caballos en el Rocío me abren paso porque cuando me desboco soy peor que cualquier animal irracional. Y claro... cuando se trata de que una amiga mía está por tu culpa en el estado en el que se encuentra. No me queda otra que quitarme la peineta, dejar la "güasa" en la feria, porque te aseguro "que mi chocho no está pá aguantar farolillos".
Pero
ahora sí me voy a poner seria. Me parece deplorable que hasta hoy —aunque tal
vez no sea la primera— nadie te haya puesto la cara colorada. Y es que es
imposible que durante tantos años trabajando las 24 horas del día, no haya
habido un día en el que no hayas enfermado. Porque de no ser así, te aseguro
que no lo entiendo.
Creo
que como en todos los trabajos deberías llevar un control de lo que haces, es
decir... Tirar flechas a los "no" enamorados y a los que lo están
deberías de saberlo, dejarles tranquilos y no complicarles la vida. —¿Por qué
te digo todo esto?— Porque tengo a una amiga locamente enamorada de dos hombres
y por culpa de quién majete. — ¡De ti!— Si es que siempre lo he dicho yo, que
una no se puede fiar de las personas que tienen carita de yo no fui. Y es que
cada vez que veo una escultura tuya que hay en un parque cerca de donde vivo,
te juro que se me envenena la sangre. Al menos dime que ese día estabas
enfermo, que estabas de resaca o dime algún argumento de peso y bien
fundamentado para que pueda creerte.
Ahora
la pobre está que no entiende nada y te aseguro que es una mujer seria, sensata
y madura. Y encima se pasa el día teniendo que escuchar que eso no es normal, que siga
lo que el corazón le dicta. Pero... cuando el corazón ama a dos personas, por
cuál se decanta. Y la culpable no es ella, ¡no!, ni tampoco de los dos hombres
que la aman, sino tuya... que o bien tienes que graduarte la vista, poner al
día tus ficheros de flechazos o lo que sería más sensato... pensar en la
jubilación, cobrar tu pensión y dejar de creerte James Bond tirando flechitas a
diestro y siniestro sin medir las consecuencias.
Porque...
tener a dos hombres que te deseen, que te hagan sentir mujer, que cada día te
manden mensajes diciéndote lo maravillosa, dulce y cariñosa que eres, eso
gusta.
—¡Pá
qué negarlo!—. Pero claro... ahora cuando se acerca San Valentín tener que
rascarse el bolsillo para tener que comprar dos regalos. Eso mi "arma",
eso... ya no gusta tanto.
Aunque
soy de Sevilla, soy de la cofradía del puño agarrao. Por eso, exijo una hoja de
reclamación o por lo menos tengas la deferencia de comprar tú los regalos
en Amazon y hacérselos llegar a los dueños de su corazón.
Sin
más...
La
Trini
viernes, 15 de noviembre de 2024
No me leas, siénteme. Capítulo II. Farinelli, por siempre Farinelli.
Me encontraba en la habitación donde el Rey Felipe V tantas horas había pasado casi en el mismo estado en el que yo me encontraba ahora. Frente a su cama, había un gran ventanal y desde allí se podía apreciar una vista grandiosa de los jardines.
Cerrando los ojos y sin tener que hacer un gran esfuerzo, casi se podía escuchar la prodigiosa voz de Farinelli que con el paso del tiempo pareciera hacerse presente al anochecer, rememorando así las peticiones que noche tras noche el rey Felipe V le pedía para intentarle sacar del estado de depresión en el que éste se encontraba.
Como si de un milagro se tratase, una sonrisa se dibujó de nuevo en mis labios. Gracias a esas notas musicales que como partículas de polvo flotaban en el ambiente, volví a sonreír como hace tiempo que no lo hacía.
Esa noche tuve el pálpito que pronto mi vida cambiaría. Dejando atrás a esa Ena en la que me había convertido, por una Ena completamente distinta, feliz y rebosante de vida.





















