domingo, 7 de julio de 2013

Mi niña.


 

Me levanté un día

sin poder escribir.

Deseando huir

de mi pasado

y queriendo

olvidar que vivo

sin vivir.


Y solo de una manera

conseguí superar

mi mayor condena.
 

Cerré los ojos,

y hablé con ella.

Con la niña que sufría

y que lloraba de pena.

 
Ella me liberó

de mi lastre,

y de mi mayor condena.
 

Me concilié con ella,

con la niña triste

de ojos azules.

Y hemos llegado

a un acuerdo,

ella habita en mí,

y yo, vivo por ella.

 
Porque sin su vida,

y sin sus recuerdos.

Yo solo sería

un reflejo,

de lo que ayer
 
fueron sus sueños...
 
 
Eva Mª Maisanava Trobo

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