Han pasado muchos
años, tú hiciste tu vida y yo la mía. Es ahora cuando por avatares de la vida,
volvemos a estar juntos. Reapareciste en mi vida el día de Navidad. Fue duro
admitir, que no recordaba, nada, nada de ti. Y sin embargo, me siento extrañada
al saber que durante cuatro años, no has dejado de pensar en mí. Tal vez sea el
destino quien nos ha mandado este tren, cierto es que podemos subirnos
rápidamente en él, pero... Tal vez el trayecto, sería ajetreado, complicado y
con un final poco afortunado.
¿Qué te parece si
nos quedamos en el andén?, caminando de la mano, ¡si!, conociéndonos; para
cuando llegue el momento, subirnos al tren y viajar eternamente enamorados.
Es complicado
tomar esta decisión, cuando en mi interior, hay un mundo de pasiones; quizás
resabios de anteriores relaciones, y ahora ver el estanque calmado, me
descuadra.
Pero los días, me
han hecho pensar, que vale la pena esperar. Quizás no estés preparado. Me
enorgullece y me enrojece a la vez, que puedas pensar que soy un reto
intelectual para ti. Pero no soy nada especial, pese a que pienses que es difícil
encontrar a una mujer inteligente y con inquietudes por la cultura, no lo veo
así. Pero siempre respetaré la opinión que tienes de mí, y que sin duda es un gran
halago para mí.
Pero no tengas miedo a volar, a sentir y porque
no... A Amar; solamente así sabrás si te sirvió de algo volverme a llamar...
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