Pozuelo de Alarcón 14/04/2025
Qué
complicado es escribir una carta para quien, de momento, no la puede leer. Pero
ya sabes cómo soy, me conoces mejor que nadie, y sabes que cuando algo se me
pasa por la cabeza, tengo que plasmarlo con letras. Si no, me ahogo, como te
ahogabas tú hace un mes.
Hoy,
hace un mes, estaba pasando el día en Las Navas. No querías molestarme, porque
sabías que no lo estaba pasando bien y querías que me distrajera. Y así fue,
Tata. Las Navas es el único lugar donde soy plenamente feliz y me olvido de
todo.
Cuando
volví, vi en tu estado la foto famosa con la frase: “Vamos a por ello”. No me
lo creía. Llevaba tanto tiempo esperando ese momento, que hasta la esperanza en
mí se estaba apagando.
La
operación fue compleja, eso ya lo sabíamos. Igual que sabíamos que el primer
mes posiblemente sería el más complicado, por si rechazabas esos pulmones que
“un ángel” te dio.
Hoy
cumples un mes de vida. Una nueva vida, que estoy segura vas a vivir
intensamente, como tú y yo solemos hacerlo: como si no hubiese un mañana.
No
sabes la alegría que me ha dado escuchar tu voz, aunque entrecortada y débil,
en el audio que me has enviado. Lo acabo de escuchar, justo ahora que acabo de
venir de comer con Nora para celebrar mi cumpleaños, aunque ya sabes que no es
hasta el 17 de mayo.
Aún
con todo lo que llevas encima, me preguntas cómo estoy y qué quiero para mi
cumpleaños. Lo que quiero, ya lo tengo: a ti.
Aunque
el camino a recorrer no va a ser fácil, sabes que te ayudaré a recorrerlo, como
todas las personas que te queremos. Ten paciencia, y mira que te lo dice
alguien que no sabe qué es eso.
Y
en cuanto a cómo estoy… no te voy a decir nada hasta que estés bien.
Mi
vida ha cambiado mucho, muchísimo. Pero los cambios, aunque complicados, a
veces son necesarios.
Estos
últimos días me han cambiado. Me han hecho mirar la vida de otra forma. He
entendido que no todo debe tener sentido en el momento, que a veces las cosas
simplemente pasan, y luego el tiempo te va mostrando por qué. He aprendido que decir
adiós a quién de alguna manera “admirabas” también puede ser una forma de reencontrarme
a mí misma. Que hay decisiones difíciles que te rompen por dentro, pero te
salvan.
Cuando
estés bien, te enseñaré unos textos y poemas que te harán comprenderlo todo.
Hice lo que tú me dijiste y, sobre todo, lo que mi corazón y mis principios me
pedían que debía hacer. Ha sido doloroso, mucho… pero ya estoy bien. Como
siempre hemos dicho: “En peores plazas hemos toreado, y hemos salido airosas”.
Sé
que te preocupas por mí, que insistes en que te cuente. Pero también sé que tú,
mejor que nadie, sabrás respetar mis tiempos. Y ahora es tiempo de que luches
por esos pulmones que te permiten “respirar”.
Sé
que ahora, por los “aerosoles”, no puedes leer. La vista se te nubla y los ojos
te escuecen. Pero cuando puedas hacerlo, tienes mucho que leer en mi blog. Y
entonces, sin apenas necesidad de hablar, sabrás qué me pasó y cómo estoy.
Cuando
llegue su “momento”, me cogeré un AVE, reservaré una habitación, y mirándote a
los ojos, será entonces cuando te lo cuente todo, aunque ya lo hayas leído. Tú
y yo nunca hemos necesitado hablar para entendernos.
Te
quiere, tu tata, Evita. 17:40
P.D.
Sigue luchando, como yo lo haré hasta el último día de mi vida, por verte
feliz.