viernes, 4 de abril de 2025

La mirada que escribe por mí.

 


 

No sé muy bien por qué sucedió,

o quizás, el destino, caprichoso,

así lo quería.

Pero desde aquel día

en que nuestras miradas se cruzaron,

algo cambió en mí,

pero sobre todo en mi manera de escribir.

 

No es que no encuentre las palabras,

ni me resulte complicado escribir

pero cuando recuerdo tu mirada,

 estas fluyen solas.

Y eso, me da miedo: lo he de admitir.

 

No se trata de amor,

 ni de deseo,

¡qué va!

Es como si tus ojos

abrieran un candado en mí.

Y eso solamente lo has logrado tú,

con esa manera tuya de mirar.

 

Por eso, aunque lo sepas y nunca digas nada,

no dejes de mirar de esa forma,

porque aún en la distancia,

mis musas se alimentarán

del brillo de tu mirada

y de esa manera,

yo, podré seguir escribiendo.

 



Ena 13:42 04/Abril/2025 

Nota: Escrito desde el respeto y si alguien se refleja,

 jamás será por mi luz, sino por su sombra.



2 comentarios:

Hollman Barrero El Sembrador dijo...

Pensaría que algunas veces son propósitos elevados que no siempre logramos ver pero que en definitiva siempre debemos seguir.
Quizás miradas profundas señalan nuevas sendas gramaticales...

No hay que temer. Hay que ver de frente.
No hay que cambiar. Hay que transformar.
Ver de frente con la espada siempre dispuesta que llevamos: la espada del amor por la escritura. Su brillo siempre ha de estar en constante evolución.
Espada que ha de transformarse en la llave maestra que abrirá todas las puertas.

Eva María Maisanava Trobo dijo...

Gracias por tu comentario, Holly. Pero cada día te complicas más. No es necesario escribir con tantas florituras para decir lo que uno piensa. Igualmente, gracias.

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