lunes, 25 de marzo de 2013

Dulcinea, algo más que una mujer bella.


       Heme aquí sentada en una habitación, tan gélida y gris, como los recuerdos que ahora se adueñan de mi mente, al recordar a mi querido Quijote cuando se le nublaban las entendederas por tener a Dulcinea día y noche en su mente.
       Triste tradición aquella, en la que todo caballero noble ha de tener un escudero y una dama en su corazón a quien dedicar sus victorias.
       ¡Bla, bla, bla!-, no son más que tradiciones, ancestrales, absurdas e irreales
       Mi nombre no es Dulcinea y no soy del Toboso. Soy una escritora novel, rebelde, rubia y con bemoles, que está lejos, muy lejos de ser aquella mujer que habitaba en el corazón de Quijote.
       Quizás mi mente esté tan perturbada como la de aquel escritor brillante que teniendo en su mente a mi protagonista, un buen día le dio vida en un viejo y arrugado papel.
       Dicen que se llamaba Miguel de Cervantes, un tipo quizás interesante, pero que jamás contó con que llegaría el día en el que una joven damisela cuanto menos, diferente, haría de su Dulcinea, ingenua y bella, una mujer moderna, erótica e inteligente.
       Algo le faltó a su relato, Sr. Cervantes, para que hubiera sido realmente más interesante. ¿Un poco más de picante? ¡No hombre, no me refiero a esas "especias" que dan sabor a las comidas!, sino a unas vivencias, diferentes y más creativas.
       Recuerdo aquella conversación, en la que jubiloso y azorado, su Quijote decía a Dulcinea que luchó con gigantes que lo acechaban y le daban pavor.
       ¡Pobre, Quijote! Aquel día, recuerdo que Dulcinea estaba en sus aposentos, divirtiéndose de lo lindo con un apuesto caballero. No era noble, sino plebeyo, eso sí... ¡Vive Dios!, lo que disfrutó con su espada envainada, agitada y excitada, mientras galopaba, cual plebeya desbocada.
       Algo así, D. Miguel, le hubiera faltado a su obra, que todavía hoy en el siglo XXI siguen leyendo con ferviente admiración.
       Pero sin ánimo de ofender, estoy completamente convencida de  que si me hubiera conocido, la nueva versión de D. Quijote hubiera hecho sombra a las memorias de Grey.
       ¡Ay, Sr. Cervantes! Me humedezco al recordar aquel día, cuando Quijote dormía, y su escudero, bajito, rechoncho y feo, entró en los aposentos de Dulcinea y mirándola con deseo, la despojó de sus vestimentas, bebió de su pilón, con lujuria y pasión.
       Y sabe Dios que es entonces cuando en mi mente sin saber cómo ni porqué, comencé a escribir:
       - En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, un Quijote, ignorante, delgaducho y poco ducho en las artes del placer, dormía plácidamente mientras que su Dulcinea, excitada, se encontraba mirando hacia Cuenca, perdiendo el oremus, al conocer el buen hacer de la lanza de su escudero-. 
       Tal vez es otra forma de ver su obra maestra, pero no me diga que no es, diferente e interesante. Seguro que más de un admirador suyo, por aquella época, me hubiera acusado de hereje, denunciándome al Tribunal de la Santa Inquisición.
       Pero créame cuando le digo que no es su obra, ni su nombre, lo que quisiera mancillar, sino que es su mente la que en verdad, quisiera ultrajar...
       Permítame decirle el porqué de tan complicada empresa, pero hubiera deseado seducirle lentamente, ser su concubina, buena y obediente, mientras que embriagado por el placer, me contase el secreto de como hacer para escribir como usted.
       Aunque me temo que por mucho que hubiéramos escuchado las aspas del molino girar mientras metida la noche, no hubiésemos dejado de aullar, siendo prisioneros de locuras imposibles de contar.
       Tanta pasión soñada, que ni hoy, mi mente perturbada, se atreve a plasmar. Quizás en otra vida, pueda lograr acariciar su pensamiento y escribir con detenimiento, aquella noche en la que dos escritores, conjugando diferentes tiempos verbales, harían de aquella noche el mejor ensayo jamás contado.
       Hasta entonces, Sr. Cervantes. Seguiré intentando hacer que su Dulcinea sea algo más que una mujer bella.
       Lucharé pese a ser vilipendiada por esas mentes "retrógradas" para que Dulcinea sea el puro reflejo de esa mujer que aunque hubiese querido poseer, ni en su imaginación ya lo podrá hacer...
       ¡Sí!, Sr. Cervantes, es ahora mi turno de escribir con tinta y papel, las nuevas vivencias de una Dulcinea que le aseguro que dará más que hablar; que esa Dulcinea, cálida e ingenua, que a su D. Quijote hizo enloquecer.
       Sé que podría haber escogido otro nombre, que no fuera tan importante en la historia de la literatura como el de su adorable Dulcinea, pero me he propuesto que sea algo más que una mujer bella a la que recordar.
       Sé que el reto es complicado, pero sé como lo tengo que hacer; solamente he de abrir mi corazón y expresarme como sólo yo lo sé hacer.
        No tema que su Dulcinea, está en buenas manos. Seguramente conozca más mundo que con usted. Pero le aseguro, que nunca perderá, lo que toda gran mujer ha de conservar, su dignidad.
 
Eva Mª Maisanava Trobo

4 comentarios:

  1. Eva:
    No se como te las arreglas para escribir tan rapido, a la verdad esta vez "sacastes la pelota del estadio con las bases llenas" ( termino Beisbolero en donde el bateador hace una azaña imparable).
    Tu nuevo personaje tiene talla universal, aunque sutilmente introduces Dulcinea en un torbellino de pasion carnal no hay vestigios de vulgaridad lasciva.

    Hay mucho que comentar sobre tu nuevo escrito... realmente es muy interesante, tengo el leve presentimiento de que vas a crear una que otra polemica en torno a Dulcinea.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Josef, me alegra muchísimo que te haya gustado el relato. Sentí la necesidad de hacer un giro, y no encasillarme. Espero que no te haya parecido vulgar. Un saludo.

      Eliminar
  2. Nada de eso, see ve que eres una autora muy versatil, es remarcable la manera en que haces que el lector quede inmerso en el relato y hasta quiera ser parte de el. Cometido que muy pocos logran, aun con mucha practica y ejercicio.
    Puedo asegurar con claridad meridiana que eres tremenda escritora, tienes talento!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Josef, la verdad es que leyendo tus comentarios, consigues que "ese pequeño argentino", que todos llevamos dentro, se crezca. Nunca me he considerado escritora, aunque cada día me esfuerzo por superarme. Te invito a que visites el siguiente blog http://larevistadetodos.blogspot.com.es/, que cree y donde somos muchos escritores los que escribimos.
      ¡Ah!, y si quieres hacerme el favor de leer, la novela corta que tengo en venta en Amazon, te estaría muy agradecida. Me gustaría saber tu opinión. Te dejo el link, https://www.amazon.es/dp/B00BR1TW2I

      Gracias.

      Eliminar