lunes, 27 de enero de 2025

El amor, no siempre es lo que uno quiere.

 

Quizás este sea el relato más complejo al que jamás antes me había enfrentado, y quizás sea porque más que un relato, es una reflexión en voz alta compartida con quien lea este conjunto de palabras; y del que me gustaría leer vuestros comentarios para saber vuestra opinión y daros contestación a cada uno de ellos.

—¿El amor, es lo que uno quiere? ¿Se puede controlar?—.

Hace varios días he llegado a la conclusión de que no se puede controlar, pese a que a mi alrededor existan un conjunto de personas que me digan que si se puede dominar e incluso canalizar.

Pero tal y como yo lo veo, como ése torrente incontrolable de sentimientos que hacen acto de presencia en tu vida, y en la gran mayoría de veces sin preguntar si quieres enamorarte o no.

—¡No!—, de esa forma, lo siento, pero no se pueden controlar; y en mi modesta opinión si hay alguien que lo pueda controlar es que entonces, lo que siente, no es verdadero amor.

Aunque como todo, existen diferentes formas de ver la vida, y por consiguiente de entender los sentimientos. Y para explicarme mejor, os contaré la complicada situación por la que una amiga mía está pasando.

En el año 2006 conoció a un hombre que le hizo sentir con una sola mirada, —lo que en su interior ella misma desconocía—; ha intentado con todas sus fuerzas pasar página y escribir otra nueva vida; salir con otras personas y direccionar esos sentimientos hacia otros hombres; y sin embargo todo maldito intento no ha sido sino en vano.

Se ha disfrazado de otra mujer, para con éste propósito olvidar a quien ha marcado tanto su vida, y a la que ha dejado sumida en un mundo oscuro, del que con mucho esfuerzo se asoma de vez en cuando a la vida.

Pues por mucho que la digan, el amor, como ella lo ve y lo siente, es incontrolable y por lo tanto atribulado; y a un corazón atribulado es complicado hacerle entender que lo que siente su corazón carece de toda lógica y razón.

Y tú: —¿Qué piensas?—.


Eva Mª Maisanava Trobo. 27/01/2025 16:52


2 comentarios:

Hollman Barrero El Sembrador dijo...

Lo expreso en estos términos: Si se vibra en la verdadera frecuencia del Amor, nos podremos estar acercando a lo que se quiere de él. ¿Pensaría que la premisa podría ser que tan cerca estamos de él? Y no ¿que tan cerca está él de nosotros? Porque estaríamos hablando del amor como concepto humano y el amor humano es una forma de amor adolescente (adolece de algo; no es amor perfecto).
El amor en todo caso es una decisión:
Yo decido amar.
Pensaría también que más que buscar controlarlo, sería más acertivo dejarnos controlar por él. Así tendríamos la certeza que estamos amando verdaderamente. Y amar verdaderamente es acercarnos más a nuestra propia esencia.

Eva María Maisanava Trobo dijo...

El amor es una decisión, sí; pero complicada.