Introducción: Algunas
mujeres no se conquistan. Se descubren, se sienten, se respetan. Este texto no
es una súplica ni una promesa: es una advertencia.
No
te enamores de mí, porque soy una mujer a la que le encanta leer, porque devoro
libros como si fueran oxígeno. Mi personalidad danza en los márgenes de la
poesía y la prosa.
No
te enamores de mí, porque ya he probado otros mundos que tú apenas puedes
imaginar; y cuando toques mi mente, nada en tu vida volverá a ser igual.
No
te enamores de mí, soy una mujer que siento demasiado. Que lloro por canciones
olvidadas, que rio bajo la lluvia sin razón aparente.
No
te enamores de mí, porque nunca te miraré como a un hombre más —veré tus
sombras, tus sueños en silencio, tus verdades—, ésas que tanto duelen… y aun con
todo, te amaré.
No
te enamores de mí, de una mujer que escribe, que derrama su alma en tinta y
metáforas. Te volveré eterno en mis versos, convertiré tu amor en tormenta
sobre el papel.
Evitame,
soy una mujer educada, seductora, locamente lúcida y maravillosamente indómita.
No me conformo con aguas superficiales. No tengo miedo a lanzarme hasta el fondo,
donde muchos temen llegar por miedo a lo que puedan encontrarse. Lo cuestiono todo.
Creo en la magia, en las mariposas —esas que se enquistan en mi estómago— cuando
por fin te vuelvo a ver, después de un tiempo sin hacerlo. Creo en la revolución, en romper
cada regla que intente apagar mi fuego, mi forma de ser.
No
te enamores de mí, de una mujer que piensa, que interroga a las estrellas, al
silencio y a sí misma.
Conozco
el peso del conocimiento, pero aun así elijo volar. Mis alas no están hechas de
plumas —sino de coraje y de caos—. No me ames, sin antes saber que soy una
mujer que ríe o llora mientras hace el amor.
Porque
despertaré en ti partes que ni sabías que habitaban en tu ser y jamás olvidarás
lo que te hice sentir. No me ames, porque soy una mujer que respira poesía, que
encuentra el universo en una pintura y que mi corazón late al ritmo de la
música. No vivo en la superficie. Te llevaré a lo profundo, donde la verdad es
cruda y el amor, eterno.
No
te enamores de mí, de una mujer que se rebela ante la injusticia, que habla con
fuego y escucha con el alma. Que se niega a anestesiarse con ruido y
distracciones vanas.
Soy
peligrosa… porque estoy despierta. Y una vez que has amado a una mujer que está
despierta, el sueño de la indiferencia jamás será suficiente.
No
te enamores de mí, de una mujer que es hermosa más allá de su rostro, ya que no
estoy hecha para ser admirada, sino para luchar.
No
te enamores de mí, de una mujer como yo. Porque de una mujer como yo… no se
regresa.
Ena 05/05/2025 19:00