miércoles, 23 de abril de 2025

¿Te quieres comprometer conmigo?

 


Querido seguidor@:


Hoy es Sant Jordi, para mí es el verdadero día de los enamorados. Pese a que estoy enamorada de la literatura, he de confesarte algo: “Te necesito a mi lado”.

Los escritores, sin lectores, no somos nada. A fin de cuentas, siempre se ha dicho que el escritor y el lector son dos amantes que, en secreto, acaban encontrándose en la intimidad de las palabras.

Y por ello, creo que ha llegado el momento de formalizar esta relación. 


Por eso, y pese a lo incongruente que pueda parecer mi propuesta.


Yo, Ena, prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, e intentar una vez al mes crear algún relato que consiga hacer que olvides ese día tan horrible de trabajo.

En la salud y en la enfermedad, prometo que mi blog te arrullará con sus poemas cargados de sentimientos, para mitigar tu dolor y de esta manera, sientas que no estás sol@ y que siempre estaré a tu lado.

Prometo engendrar hijos de papel, concebidos siempre pensando en tí.

Prometo de vez en cuando hacerte sentir “especial”, diferente y viv@, con esos relatos que me consta y sé que tanto te gustan.


Y ahora, después de todo lo que te he prometido, te quiero hacer una pregunta: ¿Te quieres comprometer conmigo?


SI: 💍 Emoji anillo  NO: 💔 Emoji corazón partido.

(Deja tu respuesta en la zona de los "comentarios")


Si después de todo este tiempo que piensas en mí al acceder al blog, como yo lo hago cuando escribo, tu respuesta es un “No”, no vale la pena que sigas leyéndome, no vale la pena que siga entregándome a ti, no vale la pena que sigamos pensándonos.

Eso sí, no puedo prometer que, por despecho, no acabes convertido en el protagonista de un relato. Y ya sabes, cuál es mi género. Ahí lo dejo, no diré más.

 

Siempre tuya, Ena.



Des de molt petita


No podía dejar pasar una fecha tan importante para mí, como es la festividad de Sant Jordi, sin atreverme a escribir un pequeño poema en catalán. Aún no me siento capaz de más, pero —¡todo se andará!—.

Lo hago, además, porque la literatura debería estar por encima de cualquier animadversión hacia los catalanes. Des de molt petita, veraneé en Torredembarra, un pueblo cercano a Tarragona, y de ahí nace mi pasión por esa tierra. Mis mejores recuerdos giran en esa dirección: un lugar donde podía caminar de la mano con un amigo sin que nos etiquetaran como pareja, o darle un “pico” sin que ello implicara nada más. Eso, aquí en Madrid, no lo he visto. Al menos, no sin etiquetas. Y yo odio las etiquetas.

Menospreciar a los catalanes —ya sea por el fútbol, ​​la política o por esa minoría que busca la independencia— me parece fuera de toda lógica. Como en cualquier ciudad de España, hay personas mejores y peores. Pero no me gustaría que tú, como lector, cayeras en prejuicios absurdos. 

A las personas hay que conocerlas, no juzgarlas por su procedencia o su profesión. Y conocer a alguien no es cuestión de un cuarto de hora, sino de sostener su mirada y compartir un café.

El arte —en su sentido más amplio— debería ser un lenguaje universal. Por eso, espero que hoy, como para mí, también sea para ti el día del libro, más allá de tradiciones o leyendas.

Espero que disfrutes del poema. Mi catalán no es muy bueno, y pido perdón por no ser mejor que nadie.

Con cariño, Eva.



Des de molt petita

Des de molt petita: em va impressionar,

sent una adolescent: em va captivar.

I amb els anys, quan ja era una dona: em va enamorar.

Parlo, d'aquesta dona, anomenada Literatura.

Que es va apoderar de mi, fins i tot de vegades…

"Sento que perdo el seny"

Desde muy pequeña: me impresionó,

siendo una adolescente: me cautivó.

Y con los años, cuando ya era una mujer: me enamoró.

Hablo, de esa mujer, llamada Literatura.

Que se apoderó de mí, incluso a veces…

"Siento que pierdo la cordura"



Us desitjo un feliç Sant Jordi a tots!
Us estimo

Eva Mª Maisanava Trobo

Sant Jordi: Mi Día, Mi Pasión, Mi Literatura.


Según cuenta la leyenda, Sant Jordi salvó a su princesa matando al dragón, y de su sangre brotó un rosal. Por eso, algunos consideran la festividad de Sant Jordi como el San Valentín catalán, pues se dice que es, por excelencia, el patrón de los enamorados en Catalunya. Para mí, sin lugar a duda, lo es. 

—¿Y de quién estoy enamorada? ¿Quién es el amor de mi vida?—

La literatura: no hay parangón. Ni me besa, ni me acaricia, ni me hace el amor. Y, sin embargo, me hace la mujer más plena del mundo. Gracias a ella, tengo varios “hijos de papel”, y aún quedan muchos por engendrar y parir.

Desde muy niña, me enamoré de este mundo que me hace tan feliz. Siendo adolescente, tomé la decisión—aunque a veces de forma titubeante—de escribir como un pilar indispensable de mi vida, y de leer para enriquecer mi vocabulario y evadirme de esa realidad que, en ocasiones, me asfixia y no me deja respirar. Ya convertida en mujer, con mis sentimientos firmes y asentados, decidí casarme con ella.

Por eso, Sant Jordi es para mí un día muy especial. No porque espere que alguien me regale un libro o una rosa, sino porque tener el privilegio—o la habilidad, ya no sé cómo llamarlo—de emocionar a mis lectores es, sin duda, el mejor regalo.


Y, como mujer, dejando a un lado a la escritora, también está el hecho de que el 23 de abril de 1616 murieron dos grandes genios: William Shakespeare y Miguel de Cervantes. Si he de decantarme por uno, sin menospreciar al otro maestro, me quedo con Shakespeare.

Por todo lo dicho, hoy, 23 de abril de 2025, es mi día. Un día en el que Ena (la escritora), Eva (la mujer) y Evita (la amiga) queremos compartir con todos vosotros este especial de Sant Jordi.

Mis compañeros y yo nos hemos dejado la piel, una vez más, para emocionaros y recordaros que: "Leer es como besar; quien no lo hace con frecuencia, se le nota en la lengua."


Us desitjo un feliç Sant Jordi a tots!
Us estimo

Eva Mª Maisanava Trobo



martes, 22 de abril de 2025

Gemelas vitelinas.

 


—¿Qué sería sin ti?—. Es lo que has puesto hoy en la foto que has compartido, y aunque salgo horrible en ella, no me importa. Porque estoy a tu lado. Y sobre todo, porque es una señal de que, poco a poco, estás mejorando. 


Ya sabemos que el camino, como la vida, no es fácil. Pero incluso con todas las dificultades, es mejor tener la oportunidad de seguir viviéndola.

—¿No te lo quieres ni imaginar lo que sería vivir sin mi presencia en la tuya?— Pues yo tampoco. La noche del 14 no dormí, estuve llorando, hecha polvo. Como tantos otros días anteriores, sabiendo cómo estabas… La vida sin nuestras risas sin sentido, sin compartir nuestros secretos, para mí no tendría razón de ser. Créeme cuando te digo que me resultaría muy difícil asumir mi vida sin tu presencia en ella.

Somos lo más parecido a "gemelas vitelinas", separadas al nacer, pero que un buen día Facebook nos permitió reencontrarnos. Y aunque nos conocemos desde hace doce años, solo nos hemos visto tres veces… pero tres veces auténticas. Y luego están todas las conversaciones, los audios de WhatsApp, que durante años nos han sostenido en el tiempo.

Ten por seguro que, como buena Tauro, embisto. Soy auténtica, sincera y valiente —cosas que muchos no son ni han sido—. Siempre seré leal a lo que siento y, por ende, a mis principios. La hipocresía es un disfraz que me niego a llevar. No va conmigo. Ya sabes que me gusta sostener la mirada. Y eso solo lo puede hacer quien es claro, sincero y transparente. Porque quien no lo es, silencia la verdad y no la mira de frente.

—¿Gracias por ser tú, Tata?, me dices—. Gracias a ti por permitirme ser tu Tata. Y gracias a tu marido, por hacer de chófer y aguantarnos, que cuando tú y yo nos juntamos, tenemos más peligro que una granada de mano.

No he podido evitar contestar a ese post que has publicado y que tan feliz me ha hecho. Nos queda un camino complicado por recorrer. Tú, con tu recuperación. Yo, con mi posible operación. Pero si hay algo que va a hacer que nos esforcemos más por sanar, sin duda será para reencontrarnos de nuevo.

Para abrazarnos —porque ambas lo necesitamos—. Y para hacer todo lo que nos quedó pendiente la última vez que estuve: bañarnos desnudas, tomarnos un mojito y, si es Navidad, “cambiar de lugar una bolita de un árbol de Navidad”.

 

Te quiere, tu Tata

22/04/2025 – 20:30

Sencillamente Ena

 

No era doctora. Ni periodista. Ni catedrática. No tenía másters, ni diplomas colgados en la pared. Su título era otro: escritora. Y con solo eso, parecía bastar para descolocar a los que llevaban años viviendo entre currículums brillantes y discursos de manual. Ena no lo buscaba, simplemente ocurría. Iban llegando, uno tras otro, como atraídos por algo que no sabían nombrar. Médicos, cirujanos, periodistas, abogados, economistas, ingenieros. Gente con carreras largas, con cargos, con reputación. Gente que, en teoría, no tendrían por qué fijarse en una mujer sin el perfil académico de ellos. Y, sin embargo, ahí estaban. 


Y ella, al principio, dudaba. —¿Qué tengo yo que ver con ellos? ¿Por qué me siguen, me leen, me miran así?—

Hasta que entendió algo: la formación puede impresionar, pero no enamora. La inteligencia emocional, sí. La mirada limpia, también. La palabra bien dicha, esa que atraviesa sin alzar la voz, es lo que más seduce y engancha.

Ena no sabía de anatomía ni de leyes. No entendía de macroeconomía ni de estructuras. Pero sabía, como pocos, detectar el dolor ajeno. No el físico, sino ese que habita en el alma. Y escribiendo, lograba que ellos se sintieran reconocidos. Su literatura era tan devastadora como sanadora: removía hasta los cimientos, pero también curaba donde nadie más llegaba...

No hablaba con tecnicismos, pero escribía frases que hacían que los que sí lo hacían se quedaran callados. Porque, de alguna manera, ella los entendía mejor de lo que ellos se entendían a sí mismos.

Y entonces dejó de preguntarse por qué. Y empezó a aceptar lo que era: una mujer sin títulos colgados, pero con un lenguaje propio. Uno que no necesitaba validación, porque ya había aprendido a hablar al mundo sin pedir permiso y a escribir para esos que se sentían prisioneros de su carrera y de sí mismos.

 

Ena 22/04/2025 16:05

“Lo que no sentí en San Valentín, lo siento ahora por Sant Jordi”

 

Hace unos meses escribía desde el vacío. Ahora lo hago con el corazón encendido. Este poema nace de ese cambio, de cómo pasé de un San Valentín gris a un Sant Jordi lleno de luz. A veces el amor no llega de golpe, sino que lo hace poco a poco… igual que las ganas de vivir.

 

“Lo que no sentí en San Valentín, lo siento ahora por Sant Jordi”


 

Perdida en mis recuerdos,
llena de vida, de amor y de sentimientos,
me doy cuenta de que hoy escribo
como nunca lo había hecho:
con el corazón lleno de fuego.

Hace ya unos meses
sentía que navegaba a la deriva,
como una hoja que flota en el agua,
sola y completamente vacía.

En San Valentín, día del amor,
mi corazón se teñía de recuerdos,
de miedos, de fantasmas
y, sobre todo, de dolor.

Hoy, al acercarse el día de Sant Jordi,
mi corazón vuelve a latir,
con ímpetu y con ganas de vivir.

El amor ha regresado a mi vida,
poco a poco, sin prisas…
Germina en mi interior,
llenándome de sensaciones nuevas,
que estaban soterradas
en un corazón con miedo a creer en el amor.

Como escritora, soy feliz:
el día de Sant Jordi, por fin, llegó.
Y como mujer… ¡ay, como mujer!
Vivo cada día enamorada,
como no lo estuve
aquel día de San Valentín.

 

Ena 22/03/2025 – 00:25

lunes, 21 de abril de 2025

La dignidad de no buscar.

 


 

El óvulo no corre,

es centro,

es destino,

es elección.

 

Los que corren

son los espermatozoides.

Los que atraviesan obstáculos,

los que compiten,

los que buscan llegar el primero.

 

Yo no estoy hecha para perseguir.

Estoy hecha para esperar con dignidad.

Para brillar sin ruido.

Para que quien tenga que llegar, llegue:

sin falsedades, ni ambigüedad.

 

Porque en esta danza,

yo soy la que decide

si el paso continúa

o se detiene.

 

 

Ena 21/04/2025 17:30

De niña fuerte a mujer agotada.

 


Soy esa hija que, aun siendo rebelde, apenas dio problemas. Y eso hace que ahora me cueste desconectar, descansar, y hasta pedir ayuda.

Me cuesta cada vez más expresar mis emociones si no es escribiendo, porque desde muy niña aprendí a callar y a ignorar lo que mis ojos veían, aunque fueran imágenes dantescas para una niña.

Soy esa hija que fue demasiado responsable y madura para su edad. Por desgracia, aprendí a estar alerta la mayor parte de mi vida, calmando los miedos de personas adultas.

Y debido a eso, ahora —la mayor parte del tiempo— necesito tenerlo todo bajo control. Con los años he terminado por asumir como normal vivir siempre cansada, preocupada, estresada y en alerta. 


Hoy quiero abrazar a mi niña interior. 

Sin permitir que absolutamente nadie vuelva a hacerle daño. 

Por eso quiero cuidarla, protegerla y pedirle que me perdone, porque lamento mucho todo lo que pasó y todo lo que tuvo que vivir... cuando lo único que debía hacer era jugar, y no —como hizo la mitad de su infancia— llorar.

 


Ena 21/04/2023 15:42

martes, 15 de abril de 2025

La mujer que os desnudó con palabras.

 


Introducción:

Este texto no es una confesión, ni una provocación. Es la constatación de algo que siempre supe. A veces, una mujer no necesita tocar para quedarse en la piel.

Y a veces, hay hombres que lo sienten… aunque nunca lo digan. Porque ellos también tienen memoria. Y aunque callen, yo ya lo sabía. Lo supe desde el primer silencio. Lo confirmé en cada gesto. 

Este texto está escrito para aquellos que se sintieron tocados sin haber sido rozados.

Y que, aún sin cruzar palabra, me oyeron más fuerte que a nadie.


 


Sé que os sentisteis atraídos por mí.
Uno por algunas cosas.
El otro… por otras.
Pero ninguno de los dos tuvo el valor de decirme nada.

Y, sin embargo,
yo lo supe todo
desde el primer momento.

Supe leer vuestros gestos, vuestras pausas,
la forma en que bajabais la voz,
el modo en que alargabais los silencios,
cómo os erguíais cuando entraba en la sala,
y esa torpeza súbita cuando os quedabais solos conmigo.

Sé que algo os removía.

Y lo más curioso de todo,
es que no tuve que deciros nada.
Ni una insinuación.
Ni una propuesta.
Ni una cita.

Fui la que os hizo el amor sin tener que tocaros.
La que os desnudó con tan solo palabras.

Y ese tipo de mujeres,
no se olvidan fácilmente.
Ni aunque se intente.
Ni aunque se finja.
Ni aunque se ame a otra.

Porque yo no estuve en vuestros cuerpos…
estuve en vuestra mente.

Y aunque queráis extirparme:

lo seguiré estando.

 

Ena 15/04/2025 17:15

WhatsApp