Buenos
días, tardes o noches.
He
estado fuera de cobertura unos días… Un ataque de migrañas horrible me tuvo a
raya, y ayer me infiltraron. La buena noticia es que estoy genial—nada que ver
con ocasiones anteriores—, por suerte.
Lo
más bonito de ser escritora, además de emocionar a tus lectores y sentir que
forman parte de ti, es recibir comentarios —con nombre o sin él— que, de
cualquier manera, te hacen feliz. Es un detalle que está por encima del dinero.
Que
te lean y te comenten… es simplemente impagable.
¿Y
qué decir cuando alguien decide crear un poema basado en una foto tuya? No
encuentro las palabras de agradecimiento.
Creo
que no hay mejor manera de comenzar el mes de abril que con una entrada tan
especial y única como esta.
Hay
detalles que trascienden lo cotidiano y se convierten en puentes sutiles entre
almas.
Este poema, está escrito por un seguidor mío y que a la vez, es un honor, tenerlo como escritor de La Revista de Todos,
que decidió regalarme su voz en forma de versos, es uno de esos gestos que no
te bloquean… todo lo contrario: te inspiran y te llenan de alegría.
“Resonancias”
no solo es un poema. Es una mirada profunda, una caricia hecha palabra, una
interpretación sensible que me tocó el alma —he de confesarlo—.
Hoy
lo comparto con todos vosotros, no solo como una expresión de gratitud, sino
también como un recordatorio del poder que tienen las palabras cuando nacen del
corazón.
Que
cada verso os resuene, como lo hizo en mí.
¡Gracias, de
corazón!
Eva Mª Maisanava
Trobo
Resonancias.
Escondidas
bajo delicado abrigo palpebral,
allí,
en el profundo cristalino de tus ojos,
bellas
y sensuales historias son reveladas;
son
reveladas....sentidas y expresadas.
Mientras
agraciadas líneas ondulantes danzan,
danzan
y enmarcan junto a discretas pestañas
aquel
profundo y fascinante cristalino,
sinuosos pómulos
lo encajan y hermosean.
Brillantes
hilos ocres y oscuros castaños
deslizan
sus rutas por acariciantes dunas;
dunas
de sorprendentes y delicados parajes
cual exquisitos y
deliciosos sonidos verbales.
Bajo
bello y sensual olfato se esconde la puerta;
la
puerta donde transpiran los sonidos y ecos;
resonancias
del alma; del alma que transpira;
que
transpira; crea y expresa; narra y canta.
Hollman Barrero / El Sembrador
Colombia / Copyright