viernes, 4 de abril de 2025

Más que por mí, por ella...

 


Hoy, por fin, mi niña, sonríe contenta,
y lo descubrí al mirarme al espejo,
como acostumbro cada mañana.
En mis ojos vi su reflejo.

 

Días atrás, mis ojos estaban rojos,
el silencio me atormentaba,
la ambigüedad me tenía devastada,
y mi sufrimiento la afectaba a ella.

 

Fue ella, la niña, la rebelde,
la que me sostiene y me guía,
quien me dio el valor para hacerlo;
sabía que sufriría,
pero que valdría la pena,
aunque solo fuera por mirarme al espejo
y ver su reflejo de nuevo en mi mirada.

 

Es curioso que, siendo ella más niña que yo,
lo tuviera todo mucho más claro.
Debería haberla escuchado antes,
cuando ya en agosto, lloraba de pena
entre hacer lo correcto o lo que sentía.
Menos mal que, aún tarde,
reaccioné a tiempo.


Nada me habría dolido más
que perderla a ella.
A esa niña por la que río,
por la que bailo
y hasta por la que escribo.


Sin ella, sin mi niña,

no sería más que un ente a la deriva.


Ena 04/Abril/2025 18:07



La mirada que escribe por mí.

 


 

No sé muy bien por qué sucedió,

o quizás, el destino, caprichoso,

así lo quería.

Pero desde aquel día

en que nuestras miradas se cruzaron,

algo cambió en mí,

pero sobre todo en mi manera de escribir.

 

No es que no encuentre las palabras,

ni me resulte complicado escribir

pero cuando recuerdo tu mirada,

 estas fluyen solas.

Y eso, me da miedo: lo he de admitir.

 

No se trata de amor,

 ni de deseo,

¡qué va!

Es como si tus ojos

abrieran un candado en mí.

Y eso solamente lo has logrado tú,

con esa manera tuya de mirar.

 

Por eso, aunque lo sepas y nunca digas nada,

no dejes de mirar de esa forma,

porque aún en la distancia,

mis musas se alimentarán

del brillo de tu mirada

y de esa manera,

yo, podré seguir escribiendo.

 



Ena 13:42 04/Abril/2025 

Nota: Escrito desde el respeto y si alguien se refleja,

 jamás será por mi luz, sino por su sombra.



jueves, 3 de abril de 2025

"Primavera, letras y una cita ineludible"

 

Hola a todos, sea la hora que sea al otro lado de la pantalla.

Para mí, la mejor época del año es, sin duda, la primavera. No porque “la sangre se altere”, como suele decirse, sino porque marca la cuenta atrás hacia mi cumpleaños. Sí, tengo 48 años… pero os confieso que lo vivo con la misma ilusión que cuando era niña. Me encanta celebrarlo, disfrutarlo y compartirlo.

Aprovecho también para contaros que tenemos preparado un especial —y lo digo con todas las letras— maravilloso con motivo de la festividad de Sant Jordi. Como siempre, en nuestras entradas encontraréis amor, deseo, humor, rabia… en fin, jirones de vida, de los que todos estamos hechos. 

No quiero que penséis que cualquiera puede convertirse en “materia prima” para nuestras historias —¡tranquilos!— pero sí os diré que, al menos en mi caso, observo mucho, escucho más, y mi memoria es una especie de archivo con acceso rápido. Si a eso le añadimos una pizca de imaginación… bueno, a veces consigo que sintáis que eso que leéis, de algún modo, ya lo habéis vivido.

Y no, no es tan fácil como puede parecer.

No me alargo más. Solo he de recordaros que tenéis una cita con nosotros el próximo 16 de abril, cuando podréis leer el contenido de todo lo que saldrá publicado una semana después, en el día de Sant Jordi.

Os deseo de corazón una feliz Semana Santa. Si el tiempo lo permite, espero poder escaparme unos días a Las Navas del Marqués —del 17 al 20—, aunque no quiero hacerme muchas ilusiones ya que en San Valentín quise subir y al final no fue posible. Veremos…

Hasta entonces, salud y suerte.

Sed buenos, sed malos… pero eso sí, no me seáis infieles.

 

Un abrazo,

La Directora de La Revista de Todos

Resonancias: un regalo hecho palabra

  

Buenos días, tardes o noches.

He estado fuera de cobertura unos días… Un ataque de migrañas horrible me tuvo a raya, y ayer me infiltraron. La buena noticia es que estoy genial—nada que ver con ocasiones anteriores—, por suerte.

Lo más bonito de ser escritora, además de emocionar a tus lectores y sentir que forman parte de ti, es recibir comentarios —con nombre o sin él— que, de cualquier manera, te hacen feliz. Es un detalle que está por encima del dinero.

Que te lean y te comenten… es simplemente impagable.

¿Y qué decir cuando alguien decide crear un poema basado en una foto tuya? No encuentro las palabras de agradecimiento.  


Creo que no hay mejor manera de comenzar el mes de abril que con una entrada tan especial y única como esta.

Hay detalles que trascienden lo cotidiano y se convierten en puentes sutiles entre almas. 

Este poema, está escrito por un seguidor mío y que a la vez, es un honor, tenerlo como escritor de La Revista de Todos, que decidió regalarme su voz en forma de versos, es uno de esos gestos que no te bloquean… todo lo contrario: te inspiran y te llenan de alegría.

“Resonancias” no solo es un poema. Es una mirada profunda, una caricia hecha palabra, una interpretación sensible que me tocó el alma —he de confesarlo—.

Hoy lo comparto con todos vosotros, no solo como una expresión de gratitud, sino también como un recordatorio del poder que tienen las palabras cuando nacen del corazón.

Que cada verso os resuene, como lo hizo en mí.

¡Gracias, de corazón!

Eva Mª Maisanava Trobo



Resonancias.

 

Escondidas bajo delicado abrigo palpebral,

allí, en el profundo cristalino de tus ojos,

bellas y sensuales historias son reveladas;

son reveladas....sentidas y expresadas.

 

Mientras agraciadas líneas ondulantes danzan,

danzan y enmarcan junto a discretas pestañas

aquel profundo y fascinante cristalino,

sinuosos pómulos lo encajan y hermosean.

 

Brillantes hilos ocres y oscuros castaños

deslizan sus rutas por acariciantes dunas;

dunas de sorprendentes y delicados parajes

cual exquisitos y deliciosos sonidos verbales.

 

Bajo bello y sensual olfato se esconde la puerta;

la puerta donde transpiran los sonidos y ecos;

resonancias del alma; del alma que transpira;

que transpira; crea y expresa; narra y canta.

 


Hollman Barrero / El Sembrador

Colombia / Copyright

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