Viernes,
28 de marzo. Hace sol, me encantan estos días. Ves las cosas con más ilusión,
con más ganas que cuando llueve y está todo gris.
Hoy
he dormido bien. Desde hace un tiempo me costaba conciliar el sueño; supongo
que cuando llevas tiempo callando algo, duele. Pero una vez que expresas lo que
sientes, te liberas. La verdad es que hoy me he levantado filosófica y no sé
por qué. Os aseguro que he desayunado lo mismo de siempre. Tal vez sea que soy
una rubia atípica y, en ocasiones, “sobrepienso” las cosas antes de hablar o
actuar, aunque creo que todos deberían ser en cierta medida así.
—¿Se
puede querer a más de una persona?—
Pregunta
compleja para aquellas personas que no tienen la mentalidad abierta o que
tienen la piel fina.
Esta
es mi teoría, aunque no pretendo haceros cambiar de opinión, ni que a estas
alturas de vuestra vida os replanteéis si lo que sentís es lo más acertado.
Seguramente
este planteamiento os asuste, pero quiero que os hagáis estas preguntas que voy
a formular:
Partiendo
de la base de que vuestros padres se llevan bien y no tengan una relación
tóxica: ¿A cuál de los dos queréis más? No podéis escoger a los dos, solamente
a uno. Complicado, ¿verdad?
—Sigamos
entonces—
No
sé si seréis padres o no, pero si lo sois y tenéis más de un hijo, ¿a cuál
queréis más? ¿Por cuál daríais la vida? Cuesta responder, ¿verdad?
—Sigamos
entonces—
Si
tenéis hermanos o sobrinos, solo podéis elegir a uno. A uno que queráis. No
pueden ser más, solo uno. Complejo escoger, ¿no es así?
Entonces, ¿por qué solemos tener la
tendencia a amar únicamente a una persona, a tener solo una pareja?
Se
quiere a ambos padres —otra cosa es que te lleves mejor con uno que con otro—,
pero quererlos, los quieres a los dos.
Si
tienes hijos, es imposible no dar la vida por todos, porque se les quiere por
igual.
Y
aunque tengáis muchos hermanos o sobrinos, aun teniendo algún favorito, los
queréis a todos.
Lo
que la mayoría de las personas cree que es amor, quizás no lo sea exactamente.
Es haber decidido ser monógamo, que es una elección.
El
amor o el deseo son irracionales, no son decisiones. Simplemente suceden, sin
más. Es imposible frenarlos. Si no lo creéis, haced esta reflexión: ¿Podríais
parar un AVE con la mano? ¿Podríais poner puertas al campo? ¡No, verdad!
Es
algo irracional. Aunque tengas pareja y estés enamorado, puedes sentirte
atraído por otra persona. Solo que no todo el mundo es leal a lo que siente, y
lo esconde. Pero ocultar algo, con el tiempo daña, se somatiza.
Todos
tenemos “calentones”, todos podemos sentirnos atraídos por alguien e incluso
llegar a quererle. Otra cosa es admitirlo o no.
Pero
ahora entenderéis, o eso espero, que lo que consideráis “amor” muchas veces no
es más que “monogamia” o en determinados momentos, “fidelidad”.
Porque
a nadie lo trajo una cigüeñita. Descendemos de una rama evolutiva de primates,
y como tales tenemos instintos que racionalmente, debido a nuestra evolución
como seres humanos, intentamos controlar.
Pero
el deseo y el amor siguen siendo irracionales.
Bueno,
voy a finalizar ya, voy a comer, que vais a pensar que por ser viernes estoy
mal, y os aseguro que no es así. ¡Feliz fin de semana!
Eva Mª Maisanava Trobo